La película ‘Campeones’ está de moda. Acapara premios, todo el mundo habla de ella...

Está muy bien la película. Me gusta tanto que hasta la he visto tres veces. Además, refleja una realidad, visibiliza una perspectiva del deporte y de la vida.

Perspectiva necesaria del deporte. Era imprescindible mostrarla de una vez.

Por supuesto. El deporte reúne valores terapéuticos. Pero todo no es color de rosa. Detrás de cada chaval, hay una realidad.

He venido aquí para que el responsable de Deportes del Reformatorio retrate la realidad de su equipo de fútbol sala.

En primer lugar, hay que decir que el nombre no es Reformatorio, sino Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial (CEIMJ).

El Reformatorio de toda la vida...

El nombre correcto es el que acabo de decirle. El CEIMJ depende del Gobierno de Aragón y lo gestiona la Fundación de Ayuda Integral al Menor (FAIM). Estamos en Juslibol, y en estos momentos hay en el centro 25 menores de entre 15 y 21 años.

¿Qué hacen personas de 21 años en un centro de menores?

Si la medida la tienen que cumplir superados los 18 años, la pueden cumplir en la prisión de Zuera o aquí. Suelen quedarse aquí. No conozco ninguno que haya elegido ir a Zuera.

Ha citado el término ‘medida’. Es un sinónimo de condena...

La palabra correcta es medida.

Entre las personas sujetas a medida, algunas han cometido delitos graves...

No estoy autorizado para ofrecer esa información. Sí puedo decirle que las medidas van desde fines de semana hasta penas de siete y ocho años de internamiento.

Y con esta plantilla formaron un equipo de fútbol sala...

La idea surgió en 2007. El equipo de educadores decidió crear esta actividad. Todos los días se desarrollan actividades deportivas dentro del centro: desde voleibol hasta baloncesto o deportes tradicionales. Pero el reto también era formar un equipo para jugar fuera del centro con equipos de personas no sujetas a medidas. Esto lo hacemos compitiendo en la Major League Aragón Sport.

¡Qué maravilla!

El deporte ayuda mucho: haces grupo, respetas a los compañeros, al entrenador, al árbitro. También tienes que cumplir un reglamento, una ley, algo esencial en este colectivo. Además, mejoras físicamente, refuerzas la autoestima.

Todas estas propiedades del deporte no se enseñan ni en las más prestigiosas escuelas de entrenadores del mundo...

Imagínese lo que significa llevarlas a la práctica fuera del centro, cuando jugamos como visitantes en los pabellones de Zaragoza. El deporte puede cambiar una vida.

¿Cómo se llama el equipo?

Galachos United. Galachos, porque el centro está en Juslibol. Y United se sobreentiende por qué.

Sobreentiendo, sobreentiendo...

Por cierto, ya me gustaría ver aquí entrenando a los chavales a Mourinho o a Guardiola, que tanto salen por la tele...

Esta es otra historia. Saltar a la pista ya es una victoria. Sentirnos unidos, sentirnos equipo, luchar por un objetivo común pese a tantos y tantos inconvenientes...

Ya lo creo, amigo, ya lo creo...

En el último partido, casi no teníamos jugadores y tuve que jugar yo de portero.

¿Qué ocurrió...?

Para poder jugar, el juez y el centro deben dar la autorización para salir fuera. Se solicita con una semana de antelación al encuentro correspondiente. En algunos casos no fue concedida.

¿Por qué?

No estoy autorizado a explicar los motivos de cada caso.

¿Son conflictivos en la pista?

Para nada. Incluso hemos ganado cinco veces el trofeo a la Deportividad de la liga.

¡Qué grandes!

Y el próximo miércoles, el IASS nos entrega el trofeo Cuarto Pilar.

No tengo palabras...

Yo, sí: gracias.