Cómo preparar el perfecto botiquín doméstico

Los grandes clásicos como el algodón o el agua oxigenada no pueden faltar, pero también hay productos más sofisticados que conviene tener en cuenta.

Un botiquín puede evitarnos sustos en casa.
Un botiquín puede evitarnos sustos en casa.

El parche antisangrado que este fin de semana ha salvado la vida a un joven apuñalado en Zaragoza suena casi a película de ciencia ficción. El producto, que provoca una inmediata coagulación de la herida, se ha convertido en imprescindible de los equipos médicos de emergencias. Y aunque sea un tanto excesivo para uso doméstico, sí nos recuerda que hay cosas -más allá del agua oxigenada y el algodón- que conviene tener en cuenta al preparar el botiquín que tenemos en casa.

Los básicos, sin embargo, son imprescindibles. Según el Consejo General de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, hay que tener siempre dispobible material para curar pequeñas heridas. Así, no pueden faltar el algodón, las gasas estériles, una caja de tiritas, vendas, esparadrapo, suturas quirúrgicas y una cinta de goma, que puede servir para practicar un torniquete en caso de emergencia.

También habrá solución salina y algún antiséptico para limpiar heridas, que puede ser agua oxigenada.

Los farmacéuticos recuerdan que el alcohol sirve para desinfectar el material y para lavar la piel sana, pero que no conviene usarlo directamente en las heridas.

Son útiles la vaselina estéril, una jeringa desechable -que lo mismo sirve para lavados nasales que para calcular la dosis de un jarabe- y un aplicador de frío-calor, que ayudará en caso de golpes o contracturas.

Una tijera de punta redondeada, pinzas para extraer objetos incrustados en la piel y un termómetro también son importantes.

En cuanto a los medicamentos, y más allá de lo que recete el médico ante patologías concretas, hay algunos fármacos que siempre viene bien tener a mano. Analgésicos, antitérmicos, antidiarréicos, antiácido, antihistamínicos, suero oral, productos para picaduras de insectos y antiinflamatorios estarían en esa lista de los casi imprescindibles.

Más allá de estos grandes clásicos, y sin llegar a la sofisticación de los parches antisangrado, desde la Farmacia Barrau de la capital aragonesa recuerdan que existen vendas impregnadas de un principio activo que frena las hemorragias. Son, explican, muy demandadas entre quienes trabajan en cocinas, pero también son prácticas para uso doméstico. Son una buena solución a un corte en la yema del dedo, por ejemplo, que sangra mucho y es muy aparatoso.

Asimismo, hay pomadas para quemaduras que no tienen medicación, pero son capaces de reparar la barrera cutánea.

Con todo ello, tendremos el perfecto botiquín hogareño y estaremos preparados para la inmesa mayoría de las lesiones que suelen producirse en el día a día.

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