Electrolineras, las gasolineras del futuro

El cuidado del medioambiente es una tendencia actual de la sociedad. Los coche de combustible van dejando paso poco a poco a los eléctricos. Se comienzan a ver electrolineras.

Los puntos de recarga de los coches eléctricos comienzan a aparecer en las ciudades.
Los puntos de recarga de los coches eléctricos comienzan a aparecer en las ciudades.
Pixabay

La sociedad está cada día más concienciada con el cuidado del medioambiente. Los poderes públicos crean leyes para protegerlo, las personas separan sus residuos para reciclarlos y los coches comienzan a funcionar con energías limpias como la electricidad o la pila de hidrógeno. El objetivo es lograr reducir en un 35% las emisiones de CO2 en el transporte en 2030 como plantean desde las instituciones comunitarias. En ese mismo año, el 30% de los coches deben ser eléctricos o híbridos para en un futuro seguir reduciendo el parque móvil de coches con gasolina o diésel.

Las gasolineras se deben ir acomodando a la nueva situación y transformándose en electrolineras, que es una estación de carga de vehículos eléctricos o híbridos. Estos puestos tienen puntos de recarga de cuatro tipos. El modo 4 corresponde con con los de carga rápida, que permite hacerlo en un intervalo de tiempo entre los cinco minutos y la media hora.

Al calor de las eléctricas

El auge de los vehículos eléctricos debe ir de la mano de un aumento de las electrolineras. El Ministerio de Transición Ecológica ha previsto que en 2030 haya un total de cinco millones de coches eléctricos en España. En la actualidad, solo hay 45.000.

El aumento de las electrolineras debe ir de la mano de las compañías eléctricas y las principales ya se han puesto manos a la obra. Endesa firmó en septiembre de 2018 un convenio con los principales operadores de párquines para ofrecer en ellos los servicios de recarga con 4.000 puntos. Por su parte, Iberdrola prevé instalar más de 200 electrolineras hasta finales de 2019.

Esta previsión está lejos del número de electrolineras que consideran necesarias las instituciones europeas para el año 2030. La Comisión Europea calcula que España deberá disponer de 220.000 puntos de recarga mientras que el Parlamento Europeo eleva esta cifra hasta 500.000 puntos.

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