Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Nace la Academia de Inventores, la ciencia mola

El proyecto busca incentivar desde la infancia la pasión por dedicarse a la investigación y la invención.

Los artefactos contribuyen al desarrollo social.
Una apuesta educativa que busca que ningún niño se quede atascado en el proceso de desarrollarse como inventor.
Heraldo

"Para ser músico tenías que ir a un conservatorio, para ser futbolista a un club de fútbol pero... ¿qué tenías que hacer para ser inventor?". Así ha abierto Luis Martín, uno de los creadores, la Academia de Inventores, un proyecto que busca incentivar desde la infancia la pasión por dedicarse a la investigación y la invención.

Fue un robot de los "Power Rangers" lo que hizo que con nueve años Luis descubriera que quería dedicar su vida a la ciencia. Para ello "customizó" (acoplar nuevos elementos) la figurita, dotándole de unas alas de juguete y una nueva y flamante armadura.

Lo que logró entonces fue "una bronca" de su madre, pero también comprendió que el camino del inventor es duro y requiere constancia y esfuerzo.

¿Cómo se llega a ser inventor? Lo que más reprocha Luis es que nunca haya existido una ruta fijada para llegar a serlo. Hoy, ha logrado abrir las puertas de la Academia de Inventores" junto a Esther Borao, (ingeniera y excientífica del programa de televisión "El Hormiguero") y Jorge Mata (constructor de robots y científico).

Academia de Inventores comenzó a gestarse hace tan solo dos meses junto a la colaboración de la Asociación de Jóvenes Emprendedores (AJE) y el Laboratorio de Aragón Gobierno Abierto (LAAB) y este jueves, al fin, se ha hecho realidad.

Al proyecto también se ha sumado la Editorial Edelvives, en la que su director de Operaciones, Alejandro Cebrián, ha calificado el proyecto como "apasionante"; gracias a él, podemos dejar de "soñar el futuro" para hacerlo realidad, ha asegurado a los medios.

Un ejemplo: un brazo robot impreso en 3D ha cortado la cinta roja que sellaba la sala para dar por inaugurada la Academia de Inventores. Luis, aquel niño que customizó al "power ranger" con nueve años, ha dado la orden esta mañana en el centro Aragonia.

Ante el público se presentan cuatro pequeñas clases, las cuales se corresponden con las cuatro asignaturas que se impartirán a los jóvenes.

Las salas se dividen en electro-robótica, donde se aprenderán los conocimientos prácticos y teóricos para crear sistemas y robots; el Taller de Mecanismos; CienciaLab, donde se experimentará con la química; y "Aula Código", centrada en conocer cómo funciona una máquina.

En todas ellas se trabajarán las capacidades "steam", es decir, las capacidades del futuro (ciencia, tecnología, arte y matemáticas), las cuales refuerzan las potencialidades de los niños para desarrollar su talento como inventores.

Además, las clases no se dividen por edades, sino por capacidades individuales y, durante las dos horas en las que se desarrollan las materias, los alumnos podrán explorar, descubrir, experimentar e inventar, pues "todo es posible".

La academia, situada en Aragonia, está orientada a jóvenes de entre 3 y 18 años con un máximo de ocho alumnos por clase y un mínimo de dos, aunque el éxito ya está asegurado ya que, sin tan siquiera haber comenzado la actividad, Academia de Inventores ya tiene reservadas 60 plazas.

Una apuesta educativa de tres jóvenes emprendedores que buscan que ningún niño se quede atascado en el proceso de desarrollarse como inventor.

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