Si eres de pueblo, sabrás que "el pueblo es el pueblo", ya que no puedes faltar a ninguna de sus fiestas y los veranos no te los imaginas en otro lugar. De pequeño, ya te podían ofrecer unas vacaciones en la playa, en la montaña o en cualquier otro sitio, que si coincidían con la temporada de las fiestas, siempre decías que no. Y es que el pueblo es el pueblo por numerosas razones:

1- Saludas a todo el mundo. Aunque no les conozcas, ellos a ti sí. Por eso, saludar en un pueblo es algo obligatorio. No sabrán tu nombre completo pero saben perfectamente si eres el hijo de "la María" o la nieta de "la Encarna". Hay ocasiones en las que pueden dudar, y es entonces cuando te preguntarán: "¿de quien eres?".

2- Tu pueblo es el mejor. La frase que seguro has escuchado es "como mi pueblo no hay ninguno". Te dan igual los demás. El tuyo siempre tiene más cosas que los demás y siempre es el mejor. Y por más que te vayas lejos a estudiar o a vivir, mueres de ganas por volver cada año, con los de siempre.

3- La verbena siempre tiene que tocar las canciones más míticas. Siempre has sido fiel a las verbenas de toda la vida, las que te hacen dejarte la voz y con las que no puedes parar de bailar. De hecho, si no tocan las canciones más esperadas siempre viene la frase de "esta verbena no es buena". 'Fiesta Pagana', 'Chiquilla', 'Paquito el chocolatero','Te quiero más' o 'No rompas más' son temas fundamentales, y seguro que también lo has dado todo cuando cantaban alguna de La Oreja de van Gogh, Melendi, El canto del loco o Estopa.

4- No importa cuánto tiempo pases sin ver a tus amigos, cuando vuelves, todo sigue igual. Los amigos del pueblo son tus mejores amigos. Conoces a la familia de todos, y en sus casas has comido y cenado mil veces cuando eras pequeño. Aunque quizá no volváis a veros en mucho tiempo, hay confianza suficiente como para que, al reencontraros, todo entre vosotros esté exactamente igual.

5- La gente se sabe toda tu vida. Es imposible pasar desapercibido en el pueblo, así que procura no desfasarte demasiado alguna noche, pues al día siguiente todo el mundo te estará recordando o preguntando que hiciste.

6- La gente se llama a gritos. No eres de pueblo si nunca has saludado o llamado a alguien con el grito de 'ei', 'co', 'ea' u otros muchos del estilo. Si vas por la calle y percatas alguno de estos gritos procura girarte, sino pensarán que eres un forastero.