Por
  • Víctor Orcástegui

Fuego arrasador

Fuego en el Algarve portugués.
Fuego en el Algarve portugués.
Filipe Farinha /Efe

Incendios terribles, un año más, en Portugal, donde el centenar de muertes de 2017, entre la oleada de junio y la de octubre, tardarán mucho tiempo en asimilarse. Incendios en Grecia, donde al comienzo de este verano el fuego también desató la tragedia, con ochenta fallecidos. En España nos íbamos librando, quizá porque la primavera había sido especialmente húmeda y porque el calor no apretó demasiado en julio. Pero aquí tenemos otra vez las llamas, en Valencia, para recordarnos que no somos inmunes y que debemos estar preparados. El incendio de Luchente es ya grave, por la superficie quemada y, sobre todo, porque ha obligado a evacuar a tres mil personas: sus vidas podrían haber estado en peligro. La tragedia siempre acecha cuando arde el monte. Y cada vez es más frecuente que el fuego se acerque a las casas, a zonas habitadas o turísticas. Con todo, las 2.800 hectáreas que, de momento, han ardido estos días en la provincia de Valencia palidecen ante la inmensidad de las 115.000 que han sido arrasadas en California, en el que ya cuenta como el mayor y más pavoroso incendio forestal de su historia. Y Trump, en su línea, tuiteando frívolamente para echar la culpa a sus enemigos.