Buen humor

El jugador junto a otros miembros de la embarcación en el momento del rescate
El jugador junto a otros miembros de la embarcación en el momento del rescate
@MarcGasol

Sebas Lorente, tiene 55 años y es campeón de Europa de golf adaptado. Es tetrapléjico después de una noche de copas y de dormirse en el coche, en esa edad en la que se tienta al tren de la vida, que entonces pasa desbocado y sin parar, pensando que ya habrá tiempo para frenar o para cambiar de vía. Ha escrito un libro, ‘8 días levantándome de #BuenHumor’, en el que nos impulsa a apreciar nuestra realidad y a huir de las quejas y excusas tras las que muchas veces nos escondemos, y nos invita a trabajar para conocernos, aceptarnos. Dice, además, algo tremendo y obvio: «Tenemos tanto, que no hay derecho a estar de mal humor».

Reflexiones como las suyas pueden parecer charlatanería, pero me declaro fan de esta demagogia barata de caña de bar en la que arreglas el mundo mientras despellejas a algún personaje televisivo: el mejor ‘mindfulness’ personal. Porque poco puedo esperar de esta generación de dirigentes que nos lleva, que se mira a si misma, a su ombligo y alrededores. Y así nos va.

Que a dos años de las elecciones el Gobierno se pierda en el Valle de los Caídos, o se empeñe en cambios para feminizar el lenguaje de la Constitución, de un idioma que lo acoge todo y está vivo desde hace siglos, no deja de ser un sarcasmo cuando España sigue liderando el paro juvenil en la OCDE con casi un 40% de jóvenes desempleados. Cuando la conflictividad laboral repunta de nuevo en Aragón y los despidos son la primera causa. Cuando hay ya más de 50 mujeres asesinadas por sus parejas en este 2018. Cuando se permite que los bancos se resistan a rectificar en todos los casos en los que el Banco de España dice que sus clientes tienen razón. Cuando se sabe que Cristiano Ronaldo se ha largado porque aún debe dinero a Hacienda (¿pagará?).

Personas como Sebas nos dicen por dónde va la vida, como Marc Gasol, de los mejores jugadores de la NBA, que participó en el rescate de una mujer camerunesa abandonada a su suerte en el Mediterráneo, aferrada a los cuerpos sin vida de otra mujer y un niño.