Ni frío ni calor

Concentración en Teruel contra la sentencia a los miembros de La Manada
Concentración en Teruel contra la sentencia a los miembros de La Manada.
Antonio García / Bykofoto

La sociedad está sometida a cambios extremos de temperatura emocional. Un día ocupan los titulares quienes se oponen a legislar ‘en caliente’ sobre la prisión permanente revisable, como ocurrió tras el asesinato del pequeño Gabriel. Apenas unas semanas después, muchas voces, en buena parte las mismas, claman por un cambio exprés de la legislación cuando una sentencia se percibe insuficiente, como la de los bestiales integrantes de la Manada. Y es posible también que parte de quienes dicen "yo sí te creo" a una víctima, la de Pamplona, pongan en duda el testimonio de otra, la de Alsasua. La sentencia de la Manada ha desatado una guerra entre el ministro de Justicia y las asociaciones de jueces. Será una pena que la polémica suscitada por una resolución judicial criticable arrolle principios como el de la independencia de la Justicia o ponga en cuestión que España tiene una de las legislaciones más avanzadas del mundo. Sería una pena que el ruido no permita la reflexión sobre el caldo de cultivo que hace aflorar las ‘manadas’. Y que además de reclamar leyes y castigos no pensáramos, colectivamente, en cómo evitar dramas como el de Pamplona.