¿Me está mintiendo? Cómo averiguarlo

La motivación que empuja a los seres humanos a mentir es diversa: en ocasiones se trata de evitar el sufrimiento ajeno y, en otras, de salir indemne de una situación.

Tanto las piadosas como las malintencionadas, en pareja, en el trabajo o entre amigos, todas las mentiras tienen el mismo recorrido.
Tanto las piadosas como las malintencionadas, en pareja, en el trabajo o entre amigos, todas las mentiras tienen el mismo recorrido.
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Sus gestos y palabras te hacen desconfiar. No te crees sus historias e, incluso, en algún descuido, le has pillado una contradicción. Nuestra expresividad, tanto verbal como corporal, puede delatarnos a la hora de falsear la verdad.

La motivación que empuja a los seres humanos a mentir es diversa: en ocasiones se trata de evitar un conflicto o sufrimiento ajeno, y en otras la de salir indemne (o mejor parado) de una situación que no hemos sabido gestionar. En cualquier caso, la sospecha o el descubrimiento de esta acción lleva aparejada una perdida de confianza en la persona que emitió la mentira.

Tanto las piadosas como las malintencionadas, en pareja, en el trabajo o entre amigos, todas las mentiras tienen el mismo recorrido. Como desveló el exagente del FBI, LaRae Quy, existen ciertas claves para conseguir detectar la falta de verdad.

Si conoces a la persona de la que sospechas, el primer paso es diferenciar los gestos habituales de los 'tics' o nuevos hábitos que puedan suponer una señal de que no está siendo sincero. Después, trata de detectar y analizar sus cambios o alteraciones en el comportamiento, derivados de la ocultación de la verdad.

Otros de los datos a tener en cuenta son las variaciones de actitud durante el diálogo (respuestas más rápidas o lentas, adopción de gestos defensivos...), que pueden ser un claro signo de que se está mintiendo. Además, estas reacciones tienden a acumularse (movimientos en manos, pies, ojos...), por lo que hay que prestar especial atención a los pequeños detalles. 

En cuanto al lenguaje, existen una serie de usos específicos que denotan la falta de verdad en el discurso. Algunos de ellos son la evitación del pronombre 'yo', la repetición de la pregunta que se formuló, el uso de generalizadores, el exceso de cultismos y palabras refinadas o las justificaciones innecesarias.

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