¿Por qué pica más si nos rascamos?

Da gustito, pero a la larga lo mejor es esperar a que se pase el picor.

Si te pica, aguanta sin rascar: es mucho mejor.
Si te pica, aguanta sin rascar: es mucho mejor.

Qué gustito da rascarse cuando algo nos pica. Esa placentera sensación de que, con las uñas, lograremos que desaparezca la sensación de molestia en la piel. O eso creemos, porque en realidad, al rascarnos conseguimos exactamente lo contrario: nos pica más.

Ya lo dice el refrán: comer y rascar, todo es empezar. Pero también la ciencia explica por qué cuanto más nos rascamos, más nos pica.

En realidad, el picor responde a algún estímulo. Puede ser un medicamento, un alimento que no dé alergia, el roce de una tela, una picadura... cuando esto se produce, la piel se irrita y lanza un aviso al cerebro, generando escozor.

Al rascarnos, se bloquean las terminaciones nerviosas que envían la información del prurito a la médula espinal. Pero solo lo hacen de forma momentánea. El rascado irrita aún más la piel, lo que aumenta la producción de serotonina, que es el neurotransmisor que avisa de que hay dolor. De este modo, a nuestro cerebro le llega de nuevo el aviso de que hay una molestia en la zona y el ciclo del picor comienza de nuevo.

Si no dejamos de rascarnos, cada vez irritaremos más la piel y cada vez nos picará más, en un ciclo sin fin que convierte el gustirrinín inicial en una sensación molesta.

Por eso, ante el picor, paciencia. Aunque no sea fácil, es mejor dejar que se pase solo y resistir la tentación de rascarnos. Cosas de la ciencia.

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