París inaugura su primera zona nudista al aire libre
El espacio de los nuevos 'sans culottes', situado en un bosque de Vincennes, es accesible también para los textiles.
Es otra revolución francesa. Los nuevos 'sans culottes' han tomado el poder en París. La capital francesa estrena una zona al aire y los cuerpos libres para practicar el nudismo. Es un espacio de 7.300 metros cuadrados en una esquina del bosque de Vincennes, de propiedad municipal. Entre el paseo Royale y el camino Dauphine, solo falta el rey Sol para que la felicidad en porreta sea total para quienes piensan que París no vale una camisa.
El lugar permanecerá abierto todos los días, de ocho de la mañana a siete y media de la tarde, hasta el 15 de octubre próximo. Es una experimentación aprobada el año pasado por el Ayuntamiento a propuesta del grupo Europa Ecología-Los Verdes. Responde a una reivindicación de los nudistas parisienses, que hasta la fecha solo eran acogidos tres días a la semana en una piscina municipal. Situado cerca de una reserva ornitológica, el claro en el bosque es de uso mixto y está señalizado por paneles colocados en cada entrada en los que se insiste en las reglas de respeto mutuo establecidas.
"El lugar podrá servir a todos, tanto parisienses como turistas, naturistas como textiles", destacó la socialista Catherine Baratti-Elbaz, alcaldesa del distrito 12 donde se encuentra el área de despelote autorizado. "Estoy muy orgullosa y bastante confiada en la aceptación por los usuarios del bosque", declaró la edil en la inauguración, sin etiquetas.
Pero Laurent Lafon, alcalde centrista de Vincennes, se rasgó las vestiduras. "Se trata de un espacio natural, accesible a todos, y se impide a las familias y paseantes atravesarlo", objetó en una confusión al desnudo del culo con las témporas. Una treintena de nudistas estrenó la zona experimental saltando y lanzado sus ropas al aire al grito de "libertad". La edad madura de la mayoría propició el esplendor en la hierba de la celulitis. "Desnudo uno se olvida lo cotidiano y se rompen las barreras, poco importa la edad", apuntó Cédric, responsable de las redes sociales en la Asociación de Naturistas de París (ANP).
Los uniformados con el traje de Adán y Eva no temen verse convertidos en objeto de curiosidad de los mirones. "Si la gente que pasa es curiosa, estamos aquí para explicarles nuestra filosofía y que por fin tenemos un espacio para estar en armonía con la naturaleza", señaló Laurent, otro adepto del destape. Sylvie, presidenta de una asociación para la promoción del naturismo en libertad, reconoció la necesidad de "pedagogía para explicar que para nosotros se trata de liberarse, no de exhibirse".
Julien Claude Pénegry, encargado del proyecto de París en la ANP, tranquilizó a la ciudadanía pudorosa. "En caso de comportamiento provocativo o de voyerismo intervendrán los servicios policiales", aseguró. Su ideal consiste en copiar el modelo de Berlín, "donde barrios enteros permiten el naturismo". Francia, con 2,6 millones de practicantes, es el primer destino naturista del mundo.
