Recorren toda la ciudad en un laberinto de tubos grandes y pequeños que llevan el agua hasta nuestras casas.

En total, según el Ayuntamiento de Zaragoza, la ciudad tiene una red de casi 1.300 kilómetros de tuberías de abastecimiento de agua, de cuyo cuidado se encarga el servicio de Conservación de Infraestructuras.

De ellas, 827 km son de fundición dúctil; 281 km, de fibrocemento; 59 km, de hormigón armado; otros 52 km, de PVC; 43 km son de polietileno y 23 km, de fundición gris.

Precisamente es este último material el que más problemas da, por su mala respuesta a los cambios de temperatura, y está detrás de muchos de los grandes reventones de los últimos años en la ciudad. Poco a poco, eso sí, los tramos de fundición gris van desapareciendo, sustituidos por materiales más resistentes.