Así son dos de los mejores drones del mercado

El Bebop 2 y el Swing son dos drones de precios y características muy diferentes.

El bebop 2 es el dron más completo de Parrot.
El bebop 2 es el dron más completo de Parrot.

Parrot Swing: Entre cuadricóptero y nave espacial

Aunque existen drones mucho más baratos que el Parrot Swing, podemos decir que es una buena aeronave para dar los primeros pasos en el mundo dron de una manera seria a la par que divertida.

El Swing está pensado, sobre todo, para pasarlo bien volándolo en exteriores. Despega en vertical y se puede comportar como cualquier cuadricóptero al uso, moviéndose relativamente rápido en todas las direcciones y con una estabilidad, a pesar de su peso, que es la envidia de esos drones de menos de 100 euros tan populares hoy en día.

Pero es cuando pulsamos uno de los gatillos cuando el Swing comienza a revelar su verdadero ser. Poco a poco, a cada pulsación, se va inclinando y cogiendo velocidad, hasta girar 45 grados y ponerse en modo avión a 30 km/h. A partir de ese momento, todo es diversión.

El Parrot Swing está pensado para volar. Para echar el rato haciendo piruetas e intentando nuevas acrobacias. Para llevarlo al límite, hasta casi perder el control y, en el último momento, volver a girarlo y tráelo de vuelta hasta nosotros.

A pesar de su frágil aspecto y su escasísimo peso (sus alas son de poliexpán) es un dron muy resistente, pero, precisamente por su ligereza, su mayor enemigo es el viento. Olvídate de volarlo con ráfagas superiores a los 8 kilómetros por hora: se vuelve ingorbernable.

Otro fallo es su batería, que solo dura seis o siete minutos, pero por 15 euros se pueden comprar unidades extra y por 20 una con cargador. El Swing carece de cámara para grabar pero incluye un mando muy preciso, aunque también se puede usar el móvil para pilotarlo.

 
Bebop 2: El dron más completo de Parrot

El Bebop 2 es un dron mucho más serio, pero con el que también se puede pasar un buen rato. Tiene una autonomía de 20 minutos (baterías extra por 60 euros) y resiste sin problemas rachas de viento de hasta 30 kilómetros por hora gracias a sus siete sensores (cámara, ultrasonidos, giroscopio, presión...) y a su procesador de doble núcleo, encargado de corregir su posición en tiempo real.

Incluye una cámara fija, lo que supone una ventaja en resistencia y aerodinámica al estar integrada en su cuerpo, pero que le resta movilidad y estabilización. Hace fotos decentes, pero lo suyo son los vídeos Full HD. Además, la cámara se puede usar para ver en tiempo real lo que ve el Bebop gracias a unas gafas de vuelo en primera persona que permiten un pilotaje divertido y vertiginoso.

Asimismo, Parrot ha incluido en los últimos meses un sistema con el que el usuario solo tiene que señalarse en la pantalla del móvil para que el Bebop le siga automáticamente allí donde vaya.

Se puede controlar con móviles y tabletas, y los ‘joysticks’ virtuales no tienen a penas retardo, pero el uso del Skycontroller 2 es muchísimo más preciso y añade un alcance de hasta dos kilómetros.

Existe también una aplicación de pago (20 euros) que permite hacer planes de vuelo señalando puntos sobre un mapa y gestionando así el recorrido, indicando también la dirección de la cámara.

Gracias al GPS integrado y el botón de vuelta a casa podemos perder un poco el miedo a perderlo de vista, aunque no conviene ser descuidado, sobre todo con un dron que cuesta 700 euros.

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