La reprimenda de un profesor a sus alumnos suspensos se convierte en 'trending topic'

Pablo Poó ha convertido en viral un vídeo dirigido a sus alumnos en el que les dice que se sientan mal por no haber aprobado, porque su futuro depende en gran parte de lo que hagan ahora.

El profesor anima a sus alumnos a estudiar y esforzarse para tener un futuro mejor.
El profesor anima a sus alumnos a estudiar y esforzarse para tener un futuro mejor.

Pablo Poó Gallardo es un profesor interino de Lengua y Literatura en Secundaria, que en los últimos días se ha convertido en un removedor de conciencias gracias a su "Carta para mis alumnos suspensos", que puede verse en su canal de Youtube y que se ha convertido en viral en  pocos días. 


Una carta en la que les dice a sus pupilos "siéntete mal por no haber aprobado, piensa que tu futuro depende en gran parte de lo que hagas ahora". Una larga y dura misiva que es el resultado de todo lo que lleva viendo en su periplo laboral por diferentes centros educativos, en concreto 13 institutos distintos desde el año 2009. 


Pablo ha conocido y enseñado a chicos de las provincias de Cádiz, Sevilla, Córdoba, Málaga, Granada y Jaén y a todos ellos les dicen que "la vida no tiene nada que ver con la burbuja utópica en la que os envolvemos durante toda la ESO".


Para concienciarles de todo esto, Pablo ha escrito su historia en un ensayo,  'La mala educación', en el que, con mucho humor y también mucha acidez, cuenta su experiencia  como docente.


En su "Carta a mis alumnos suspensos", que ha llamado la atención de miles de padres, profesores y alumnos, recuerda las conversaciones que ha tenido con sus alumnos y sirva este párrafo como ejemplo: 


"Siempre me preguntas lo mismo: "¿Para qué quiero estudiar si yo voy a trabajar en el campo?" o "¿Para qué quiero estudiar Lengua si voy a ser peluquera?". No sabes nada de la vida; y no lo sabes porque lo tienes todo. A pesar de que en casa no entra mucho dinero, nunca te ha faltado de nada, porque tienes unos padres que se parten el lomo por ti para que, precisamente, nada te falte: tienes tu móvil, tus sudaderas un tanto horteras, te pagan tus botellones, tus videoconsolas. De puta madre todo.

Pero la vida no tiene nada que ver con la burbuja utópica en la que os envolvemos durante toda la ESO. La vida es una putada; y no te espera, no te comprende y no te hace recuperaciones. ¿Crees que cuando vayas a echar una beca fuera de plazo te van a aceptar la solicitud? Aquí puedes traer la autorización para una excursión cuando te salga del alma, hasta te la cogemos en la misma puerta del bus: pobrecito, no se vaya a traumatizar. ¿Crees que si no llegas a la nota media del ciclo que quieres estudiar vas a entrar por tu cara bonita? No, te vas a quedar en tu casa y te vas a comer tu título de secundaria con patatas".


En su dura misiva, el profesor les recuerda a sus alumnos que "la vida no es la ESO, desconfía de todos aquellos que quieren que seas feliz entre los 12 y los 16. Cuando seas mayor de edad les vas a importar un pimiento: "Hicimos todo lo que pudimos, adaptamos las asignaturas que no aprobaba, firmamos compromisos educativos por su mal comportamiento, le hicimos rellenar cuatrocientas doce fichas de reflexión... no entiendo qué pudo pasar". Pasó que menos prepararos para la vida, hacen con vosotros de todo; y luego, en tu ciclo, cuando te pongan un examen de más de dos temas, no vas a tener genitales de aprobarlo. No porque seas tonto, sino porque no te hemos enseñado a estudiar, ni a esforzarte, ni a pensar. Y dejarás el ciclo y volverás a tu casa con un papel que pone que has terminado la ESO y que ya me contarás para qué te sirve. Pero los que quisieron hacerte feliz hasta los 16, hicieron todo lo que pudieron, no vayas a pedirles cuentas. Estarán liados con otra generación".


En contra de lo que pudiera parecer, la carta encierra un claro y positivo mensaje, que este profesor resume de eta manera: "Siéntete mal por no haber aprobado, piensa que tu futuro depende en gran parte de lo que hagas ahora. Y, a partir de enero, vas a venir aquí a dejarte la piel: vas a dejar de dormir en clase y pensar que no puedes solo porque no lo intentas; vas a demostrar que no necesitas que te bajemos el nivel, porque sabes que tienes capacidad de sobra. A partir de enero me vas a entregar todo lo que te pida y como te lo pida, porque si no, pequeño, estás perdido. No ahora, seguramente te sacarás el título. Lo sabes tú y lo sé yo. Pero a mí me importas de verdad porque nuestra relación no se acaba cuando cumplas dieciséis, yo he firmado contigo un contrato de por vida".

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