¿Le gustaría vestir con una camiseta tejida con nanohilo de diamante, que no se desgarra, antibalas y cuyo estampado cambia cada cinco minutos gracias a una pantalla integrada? El material que podría convertir esta prenda en realidad ya existe. Lo crearon hace un año investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE. UU.). A pesar de su pomposo nombre -nanohilo de diamante, o DNT por sus siglas en inglés-, no se trata de un material caro, dado que no se produce a partir de piedras preciosas. El término hace referencia al modo en que se empaquetan los átomos de carbono e hidrógeno que lo forman, que es muy similar a cómo lo hacen de manera natural en los diamantes. De ahí la tremenda fuerza y resistencia del hilo. Sin embargo, a diferencia del diamante, el DNT es extremadamente delgado y ligero y en muchos aspectos se comporta como un plástico.

En los laboratorios de Haifei Zhan, en la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia), han estado investigando cómo manejar este prometedor material, y sus primeras conclusiones son muy prometedoras. Entre otras cosas porque controlando la densidad de los llamados defectos de Stone-Wales -una configuración de la unión de los átomos de carbono- el hilo pasa de ser quebradizo a ser totalmente flexible. El efecto, dice Zhan, es similar a la diferencia entre los espaguetis crudos (frágiles) y cocidos (totalmente maleables). A lo que se suma que es posible cambiar su conductividad y sus propiedades mecánicas. En definitiva, en versatilidad el DNT se lleva la palma.

Entre sus primeras aplicaciones, Zhan propone usarlo para fabricar el fuselaje de los aviones, las futuras pantallas electrónicas flexibles y chalecos antibalas ligeros. Sin olvidar que muchos postulan al nanohilo de diamante como el mejor candidato para construir un ascensor espacial, un elevador que subiría a naves y astronautas a 20 kilómetros por encima de la superficie terrestre, evitando así el uso de lanzaderas y cohetes.