Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Seda de araña artificial

En una telaraña se combinan la seda que produce la araña y microscópicas gotas que se adhieren al hilo de seda.
En una telaraña se combinan la seda que produce la araña y microscópicas gotas que se adhieren al hilo de seda.
Beautiful Rust / Flickr

¿Por qué una tela de araña nunca se rompe por mucho que la golpee el viento y catapulta a las moscas como un trampolín? ¿Qué hace que por mucho que se estire siempre recupere su longitud original? La respuesta es pura física. Fritz Vollrath y sus colegas de la Universidad de Oxford han descubierto que una telaraña es una combinación de la seda que produce la araña y de las microscópicas gotas de pegamento que se adhieren al hilo de seda. Para crear estas gotas, este artrópodo envuelve el hilo con una fina capa de una sustancia adherente que absorbe agua de la atmósfera. Las gotas sirven principalmente para capturar a las presas, pero también son capaces de absorber el filamento de seda para mantener la tensión del conjunto de la telaraña.


La consecuencia es que la trama que confecciona una araña activa siempre conserva su forma. Incluso después de atrapar un insecto, la telaraña, con su forma circular, es capaz de reabsorber el estiramiento de los hilos para recobrar su tensión. En otras palabras, esta combinación de seda y gotas se comporta al mismo tiempo como un material sólido y un material líquido. Cuando el hilo de la telaraña se estira, se comporta como un material sólido pero cuando se comprime, adquiere las propiedades de un líquido, encogiéndose sin un límite aparente mientras ejerce una tensión constante. Vollrath y su equipo han creado seda sintética con las mismas propiedades que la telaraña empleando para ello un hilo de nailon y una solución de azúcar, que se puede reciclar muy fácilmente.

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