Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Libelium sabe cómo de limpio está el aire que respiramos

Hasta ahora se medía poco y mal la limpieza de las aguas y del aire que respiramos. La tecnología Wapsmote de Libelium ha permitido dar, en este contexto, un 'paso de gigante', ya que las mediciones que permite son muy precisas y el control se efectúa en tiempo real

Los cascos históricos de las ciudades gustan a todos, a unos de día, a otros de noche, sobre todo si hay bares. Y, muchas veces, son fuente de conflictos entre noctámbulos y vecinos. El de Guetaria, en el País Vasco, es uno de ellos. Pero el municipio se ha propuesto conseguir el reconocimiento de destino turístico sostenible. Y, para ello, ha necesitado los sensores de la empresa Libelium. ¿Para qué? Pues para medir, con precisión y en tiempo real, los decibelios en las zonas de bares y, al mismo tiempo, la calidad del aire y del agua que llega de la ciudad a sus dos playas.


Por eso Libelium acaba de instalar en Guetaria una veintena de los sensores Waspmote que fabrica en Zaragoza. Encaramados a postes, farolas y edificios, vigilan día y noche el nivel de ruidos, el ph del agua, la cantidad de oxígeno que contiene, su carga de iones, la presencia de monóxido de carbono y ozono en el aire... Estos son solo algunos de los parámetros que utiliza Libelium en sus monitorizaciones, solicitadas ya en los cinco continentes. "Tenemos proyectos de smart cities por todo el mundo", dice David Gascón, responsable de Libelium.  


Sus sensores 'han abierto la veda' a las monitorizaciones a gran escala. "Hasta ahora se medía muy poco, casi siempre manualmente", comenta Gascón. El medio ambiente es el destino 'estrella' de esta tecnología, pero tiene infinitas aplicaciones. Santander, por ejemplo, emplea más de mil sensores Waspmote para gestionar su red de plazas de aparcamiento. "Nuestra tecnología otorga calidad a la vida diaria de las personas", le gusta decir a Gascón. 


En Oviedo, Libelium ha incluido su hardware en un sistema de control del impacto ambiental de obras civiles, durante la construcción de una depuradora. Y en Australia trabaja para la mayor industria cárnica del país, monitorizando la calidad del agua en una instalación de riego por aguas residuales. Ahora, todo se puede medir. 


Y  mientras los sensores de Libelium viajan por todo el mundo, sus fabricantes investigan cómo hacerlos más precisos si cabe y cómo dotarlos de mayor autonomía. "Un gran volumen de datos -indica Gascón- necesita nodos potentes y autónomos". Lo que Libelium pretende es que sus clientes sólo tengan que enchufar y medir. Por eso llaman a su tecnología Waspmote Plug & Sense.


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