Más de media hora antes del comienzo de la procesión, cientos de personas se aglutinaban en la plaza del Justicia para recibir a Nuestro Señor en la Oración del Huerto. Y eso que el Jesús de la Oración no se hizo de rogar en exceso. Unos diez minutos después de lo previsto, los primeros cofrades iniciaron su salida del Colegio Notarial -en años anteriores habían partido desde la iglesia de Santa Isabel de Portugal-.

Lo hicieron acompañados por un intenso olor a incienso y escasos minutos después de que terminara de pasar por la calle Manifestación -contigua a la plaza del Justicia- la procesión del Cristo Despojado, que había salido a las 18.45 de la iglesia de San Juan de los Panetes.

A muchos la casi confluencia entre ambas procesiones les sorprendió y apuraron para poder disfrutar de ambos eventos. Otros, los más acostumbrados a la Semana Santa zaragozana, eran conscientes de esa coincidencia y ya habían buscado la ubicación perfecta -entre la plaza y la calle Manifestación- para poder sumarse a ambas procesiones.

Nada más partir los primeros cofrades, comenzaron a retumbar los tambores y los bombos. Unos minutos más tarde, la peana de Jesús de la Oración salió del Colegio de Notarios para unirse a todos los cofrades que la esperaban en la plaza del Justicia.

Nacida de la devoción de agricultores y ganaderos, esta cofradía inició su recorrido por las principales calles de Zaragoza, que estaban repletas de personas debido al buen tiempo que se instaló durante gran parte del día en la capital aragonesa.

Tras salir hacia la calle Manifestación, comenzaron su camino por Lanuza, César Augusto, Camón Aznar, Ramón y Cajal, César Augusto, Canfranc, Bilbao, Marceliano Isábal, Azoque, plaza de Salamero, Teniente Coronel Valenzuela, Coso, Alfonso I, Manifestación, finalizando en la plaza del Justicia, iglesia de Santa Isabel de Portugal.