¿Por qué la gente no sonreía en las fotografías antiguas?

Sonreír ante una cámara es hoy un acto reflejo, pero no siempre fue así.

'La novia judía', de Rembrandt.
¿Por qué la gente no sonreía en las fotografías antiguas?
Alamy

Hoy en día, es raro encontrarse un 'selfie' e incluso una fotografía oficial en la que sus miembros no sonrían. Hacerlo es casi un acto reflejo cuando vislumbramos la presencia de una cámara, pero hubo un tiempo en el que inmortalizar sonrisas rozaba lo anecdótico.


Basta con abrir un libro de historia del arte para comprobar que esto es cierto y que las sonrisas no caracterizaban en absoluto a los personajes retratados en el siglo XIX. Escritores, mandatarios, científicos… ninguno parece esta muy contento en las fotografías de la época. ¿Se sentirían intimidados por el fotógrafo? ¿Cuándo se empezó a perderle el 'miedo' al objetivo?


Al parecer, la moral y la técnica estarían detrás de las 'no sonrisas' de la época. En primer lugar, el daguerrotipo no invitaba a posar sonriente, pues exigía estar quieto durante un largo periodo de tiempo hasta que la imagen quedaba grabada, de modo que mantener esa trabajada expresión en la cara podría volverse en contra de uno mismo con muecas muy forzadas y resultados un tanto siniestros (como el intento de la Mona Lisa). 


Pero los motivos tecnológicos no eran los únicos que arrebataban las sonrisas a los retratados. Según un artículo de Nicholas Jevees, artista, escritor y profesor de la Cambridge School of Art, sonreír en épocas pasadas estaba asociado a un buen número de significados culturales e históricos que chocan con los principios actuales. Así pues, en la Europa del siglo XVII -explica este historiador- "existía la convicción de que los únicos que sonreían ampliamente, tanto en la vida real como en las pinturas, eran los pobres, los lascivos, los borrachos, los inocentes y la gente del espectáculo".


Así, si nos remontamos a la época de Rembrandt, cuando las pinturas eran las encargadas de volver un rostro inmortal, veremos también la imposibilidad de encontrar el retrato de una persona sonriendo. "¿Por qué hacerlo? La naturaleza nos ha dado labios para ocultarlos", escribía un escritor Francés en 1703.Y no le faltaba razón para instar a ello en la época, pues durante años, las dentaduras que se dejaban ver entre los retratados distaban mucho de ser bellas (no había ortodoncias, ni implantes, ni hábitos de higiene bucal).


De esta forma, cuando nació la fotografía, esta heredó durante sus primeras etapas la tradición de semblantes sobrios de la pintura. Hasta que de pronto, y como todavía ocurre hoy en día, apareció Hollywood para instaurar nuevas modas. La eclosión del cine americano, la popularidad de las estrellas, su imagen siempre alegre y despreocupada influyó en la forma de posar ante la cámara. Los dientes comenzaron a asomar delante del objetivo y se extendieron como una feliz plaga hasta dar con una nueva 'tendencia' fotográfica: la del 'selfie' actual. ¿Se imagina ahora no sonreír en ellos? 


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