¿Por qué ahora todos llevamos flores?

Un grupo de empresas elige qué tendencias se ponen de moda.

¿Por qué ahora todos llevamos flores?
¿Por qué ahora todos llevamos flores?
S. L.

¿Sucumbiste a ese estampado de flores que dijiste que jamás te pondrías? ¿Tus compañeras de oficina llevan la misma camiseta que tú? ¿Volverías a llevar pantalones piratas o atreverte con los de campana? Las tendencias son pasajeras y nadie está a salvo de ceder ante ese 'chantaje' de las marcas por llevar la prenda de éxito de la temporada (que, aunque en un primer momento pensaste que no era de tu estilo, al final acabó con un hueco en el armario).


Le pasa al común de los mortales. Pero, ¿tenemos los mismos gustos o nos incitan a ello? Y, si es así, quién o quiénes son los responsables. La respuesta a esta pregunta no es sencilla. "Depende de muchos factores", aclara Victoria Trasobares, profesora de Historia de la Moda y Tendencias del Centro Superior de Diseño Hacer Creativo de Zaragoza. "El punto de partida es el resultado de una serie de impactos visuales que vemos previamente y que desembocan en una tendencia popular".


Por poner un ejemplo, continúa Trasobares, cuando todo el mundo termina llevando un vestido de flores o una camiseta con estampado de estrellas es porque durante un tiempo previo se han filtrado determinadas imágenes a través de la publicidad, los medios de comunicación, personajes famosos, o gente de la calle, que desembocan en un movimiento global de tendencias. "Hasta que no son aceptadas por la mayoría, no nos atrevemos con determinadas prendas o estampados", apunta la docente.


Habitualmente cuando nos presentan una tendencia nueva tendemos a rechazarla. "Surgen y todavía no están aceptadas socialmente porque no son reconocibles. No nos sentimos identificadas con ellas", explica Trasobares, quien precisa que hay gente que las acepta a primera vista porque encuentra un punto de conexión. “Normalmente son personas visionarias que se atreven con cualquier cosa o tiene una cultura visual muy amplia”, señala: "El que quiere diferenciarse lo tiene difícil".


Por su parte, Patricia Viera es diseñadora de moda y joyas y es propietaria de una pequeña tienda en el casco histórico de Zaragoza. Su visión de la moda tiene que ver más con la personalidad de cada uno. En su caso, Viera prefiere huir de las tendencias. "Son aburridas y discriminatorias", señala. Esta diseñadora apuesta por vestir en pequeños talleres para salir del círculo vicioso de las tendencias: "No necesitamos tanta ropa, sino prendas más auténticas que sean acordes con nuestra personalidad". 


La profesora de Hacer Creativo recuerda el "trauma" que supuso pasar del pantalón pitillo pegado a la pierna al típico Levis 501 recto. Igual pasó con los pantalones de campana que tras una hegemonía de unos 10 años, regresó la moda del pitillo en 2007 y todavía hoy es una de las tendencias más fuertes del sector textil. 


Pero, ¿quién dicta qué tendencias se van a popularizar? "Existe un grupo de empresas a nivel mundial que se reúne para determinar qué tendencias se pondrán de moda", cuenta Trasobares. Son los denominados generadores de tendencias y su misión es decidir "los excedentes de productos que van a producir: fibras, colores, tejidos y formas", revela la docente. 

¿La moda es cultura o la cultura es moda?

"El aniversario de un acontecimiento, la muerte de un artista importante, una película, un pintor o la celebración de unos juegos olímpicos  puede crear una determinada corriente de estilo", aclara Trasobares, quien apunta que todos estos elementos de la cultura son generadores activos de tendencias en este "mundo globalizado" en el que vivimos. 


"Recuerdo las bodas de las infantas. Sus trajes eran de estilo goyesco y esa moda no fue casualidad, coincidió con uno de los centenarios de Goya". Y, hay hombres que inventan colores. "El pintor Yves Klein patentó el azul klein, un color que ha estado presente en las últimas temporadas de invierno", señala.  


Los Juegos Olímpicos de Londres celebrados en 2012 y los de Shanghái en 2008 también conquistaron a los generadores de tendencias. "El estilo 'mood' londinense sigue vigente por la influencia de los juegos: las parka verde, las gabardinas, las botas negras, mocasines, las minifaldas, etc., forman parte de un estilo de los años 60 que regresa renovado", apunta Trasobares. Y, por supuesto, los futuros Juegos Olímpicos de Río en 2016 ya han demostrado su influencia en el mundo de la moda: "El estampado de flores tropicales y de palmeras son la última tendencia y esa vuelta a la naturaleza viene dictada por la influencia de los juegos", concluye la docente. 


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