El frescor de los patios

El patio constituye un refrigerador natural que contribuye a la eficiencia energética.

El frescor de los patios
El frescor de los patios
Juan M. Rojas

El patio centra la vida y articula la estructura de la casa mediterránea. Un tipo de arquitectura que soporta un sol intenso que solo con un aporte controlado de luz y ventilación permite vivir confortablemente en su interior.


Este confort térmico, que han estudiado ingenieros, matemáticos y arquitectos de las universidades de Sevilla y Cádiz, es consecuencia del equilibrio de energías entrantes y salientes, especialmente ligado al movimiento del aire en el patio.


Modelos matemáticos de dinámica de fluidos computacional confirman lo que conocemos por experiencia: las temperaturas del aire en los patios profundos mediterráneos son sensiblemente más atemperadas que las del exterior. Así lo expone el arquitecto Juan Manuel Rojas Fernández en su proyecto fin de máster ‘Forma, energía y modelos de cálculo. Estudio paramétrico de la termodinámica del patio mediterráneo como herramienta de proyectos ecoeficientes’.


Los estudios de la utilidad de los patios mediterráneos como sistemas pasivos de ahorro energético han permitido a este arquitecto, junto a dos profesores del grupo de Termotecnia de la Universidad de Sevilla, diseñar una herramienta útil a la hora de diseñar edificios más eficientes. Este modelo se puso en práctica en el hotel Monte Málaga de esa ciudad, que ‘copia’ y amplifica las estrategias termodinámicas del patio mediterráneo para mejorar su eficiencia energética. Para climatizar el hotel se toma el aire del fondo del patio, que en verano llega a estar hasta 90C más fresco que fuera. Gracias a este ‘aire acondicionado’ natural, el consumo de este hotel es casi la mitad que los de su entorno.


«¿Por qué poner la extracción del aire acondicionado en la azotea o la fachada exterior si nos ahorramos energía tomando el aire ya más frío del patio?», declaraba Rojas a la agencia Sinc.


La sabiduría ancestral que ahora se cuantifica es bien visible en los patios históricos de todo el mundo. Rojas considera que ha sido el clima, y no la cultura o el arte, el que ha seleccionado las formas más adecuadas a cada lugar, mantenidas luego por la tradición. «Los patios más profundos y estrechos funcionan mejor en las zonas cálidas, mientras que los patios más abiertos lo hacen en regiones situadas más al norte», dice Rojas. Basta navegar por Google Maps para comprobarlo.Abiertos al cielo

En el patio mediterráneo se mezclan «fenómenos de estratificación –el aire caliente sube y el frío baja–, convección –los muros calentados durante el día proyectan el aire hacia arriba– y patrones de flujo –formación de remolinos de viento según la geometría del recinto–», explica Rojas.


En esencia, un patio es un espacio exterior, dentro de una edificación, totalmente abierto al cielo. Cuando un espacio interior que recorre varias plantas de un edificio se cierra con un acristalamiento hablamos de atrio y conseguimos un efecto invernadero contrario al logrado por el patio. La principal virtud del patio mediterráneo es ser un espacio fresco que climatiza de forma pasiva las dependencias que lo rodean.


Al ser el aire frío más denso que el caliente, tiende a permanecer cerca del suelo. El contacto prolongado entre el aire fresco del fondo de patio y las paredes hace que estas se refresquen.


Diversos factores influyen en la circulación del aire en los patios: temperatura del aire exterior; temperatura de las paredes, dependiente de los materiales y de la irradiación solar; viento; y presencia de vegetación, fuentes o toldos en el interior.