Oler (casi) a Chanel por menos de 10 euros

Algunos establecimientos venden fragancias "inspiradas" en las de las grandes marcas.

Tienda de 'El laboratorio de los perfumes'
Oler (casi) a Chanel por menos de 10 euros

Un frasco de 100 mililitros de Chanel nº 5 no es algo al alcance de todos los bolsillos, a unos 100 euros la botellita. Sin embargo, algunos establecimientos zaragozanos venden un perfume con olor similar por solo 10 euros. Son los llamados "contratipos", un fenómeno con décadas de existencia pero al que la crisis ha dado un empujón.


La decana de este tipo de tiendas es Gilca. Esta empresa familiar lleva más de treinta años en el negocio de los perfumes a granel. 'Escalas', 'Cocosel' o 'Armando' son los nombres de algunos de sus productos, que recuerdan a otros de las marcas más publicitadas, aunque prefieren no hacer declaraciones sobre ellos.


'El laboratorio de los perfumes' es otra tienda con historia en el sector. "Abrimos hace 10 años la primera tienda en la calle de Delicias, cuando solo estábamos nosotros y Gilca", explica Roberto, el gerente de la empresa. Una situación muy diferente a la actual, donde hay "unas 25 tiendas" de diferentes marcas dedicadas a vender perfume a granel.


Aunque alguna pequeña tienda de barrio reclama su antigüedad en el sector. Por ejemplo la droguería Vicar, con 20 años de existencia en el barrio de las Delicias y que desde el primer momento ha vendido colonias de imitación a sus clientes, "la mayoría gente del barrio", asegura Conrado Pérez.


El secreto del bajo precio de estos productos son que los costes se limitan a su producción. "Fabricar un perfume de gran marca cuesta unos 3 euros por litro, todo lo demás es la imagen, la publicidad y el diseño. No hay diferencias tremendas en las esencias", aseguran desde 'El laboratorio'. Su empresa se ahorra todo este valor añadido, ya que no hacen ni siquiera publicidad de sus productos. "La propaganda es el boca a boca de los clientes", indica.


A partir de los originales, se crean unas fragancias "que recuerdan" a ellos en un laboratorio propio. "Nosotros utilizamos esencias de calidades altas y no es verdad que tengan menor duración", asegura. Después, se les pone un nombre, que suele recordar al de la marca. "Por ejemplo, hacemos traducciones al inglés o el italiano". De esta forma, los clientes saben a qué fragancia se refieren con un poco de ingenio. 'Lugo' es una de estas referencias, a la que solo hay que cambiar una letra para resolver el puzzle.


En esta empresa no creen que se esté quitando clientela a los grandes nombres de la perfumería, ya que la mayoría de los clientes o no pueden pagar los originales o combinan ambos, dejando las copias o 'contratipos' para diario. De la misma opinión es Conrado Pérez. "A un trabajador mileurista no le puedes pedir que compre una colonia de 100 euros".


Estos años de crisis han sido los de la expansión de este tipo de tiendas, aunque en 'El laboratorio' aseguran que han disminuido las ventas. "Contra lo que se pueda pensar, la gente deja de comprar el más barato". Los perfumes de marca, explica su gerente, se compran en muchos casos como regalo, por lo que se siguen adquiriendo.


No son de la misma opinión las grandes empresas. La multinacional catalana Puig ganó el pasado mes de febrero una demanda a la aragonesa Equivalenza por usar sus marcas en los folletos en los que recogían las "equivalencias" de su producto durante su primera etapa, aunque finalmente han llegado a un acuerdo económico.


Perfume barato, pero ideas propias


En Equivalenza explican que ya no utilizan esta técnica, aunque siguen produciendo fragancias de alta gama. Son sus propios perfumistas los que crean sus perfumes, a partir de las mismas esencias que utilizan las grandes marcas. "El secreto es tener los mismos proveedores, que solo distribuyen a las grandes empresas, pero con el ahorro del frasco, que son rellenables, y la ausencia de campañas de publicidad de cada perfume se puede pedir un precio justo", explica Ángeles Berdejo, socia fundadora de Equivalenza.


Similar es la historia de Tertia Sensu, una compañía andaluza con tres franquicias en Zaragoza. En su web corporativa se definen sus productos como "de alta perfumería de marca blanca, es decir, inspirados en las grandes firmas".


Sin embargo, Inmaculada Muñoz, dueña de dos de las tiendas zaragozanas asegura que ya no hablan de inspiración, sino de un "producto alternativo" a los de las marcas. "La tendencia es la inspiración", explica, como para cualquier perfumista.