Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Vuelta a la civilización

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Vuelo de un skua
antártida
JAVIER GALEANO

Ha sido duro, después de todo este tiempo en un lugar como la Antártida, volver a la civilización. Así lo cuenta nuestro ‘corresponsal’ polar, Javier Galeano, en su primer ‘post’ desde tierras americanas. «De repente necesitamos dinero y teléfono. Tenemos que mirar dos o tres veces para cruzar las calles y hay tiendas de regalos. La ventaja es que me puedo duchar y meterme en la cama sin que bambolee», detalla con cuatro pinceladas que esbozan esa vuelta al ‘mundo real’.

La Antártida debe de ser un lugar para añorar eternamente, por mucho que, como es natural, uno se canse de estar fuera de casa y esté deseando reencontrarse con la familia. Pero la añoranza es distinta del deseo. No obliga a a elegir. Es un rumor de fondo que no implica acción, que puede saborearse en secreto. Una tristeza que ronronea. Una tristeza sonriente. La Antártida es uno de los muchos sitios que están en mi lista de ‘Lugares a los que nunca iré’.


Tras pasar de nuevo por el temible Drake, con sus olas gigantescas, llegaron a Ushuaia. Un mes de intensa convivencia con un grupo tan pequeño de gente hace especiales las despedidas. Sus planes son estar unos días por Argentina, antes de volver a Punta Arenas y regresar a casa.


Quien ya nunca más será ‘un novato en la Antártida’ agradece la compañía de todos nosotros en este ‘viaje blog-antártico’. Participar en ‘De cero a ciencia’ «me ha hecho sentir muy acompañado a más de 12.000 kilómetros de distancia». También para nosotros ha sido una experiencia única. Hemos pasado el Drake sin marearnos, hemos subido en zódiac sin peligro de caer a las gélidas aguas, hemos contemplado paisajes remotos sin pasar frío. Y nos hemos refugiado en alguna playa desierta cuando los temporales arreciaban por nuestro continente no helado.


Seguro que nos hemos vuelto más curiosos y por eso no podemos evitar preguntarnos si Javier luce ya en su oreja el pendiente pirata...