Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Por qué tenemos dos oídos

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Si nos tapamos un ojo el mundo aparece prácticamente plano, carente de perspectiva. Si tenemos dos oídos, al igual que tenemos dos ojos, no sólo es por una cuestión de simetría. Es lo que permite que captemos una cualidad infravalorada pero de enorme importancia en la música: la localización espacial, la profundidad. Los búhos son capaces de crear todo un mapa del entorno a través de sonidos. Aunque nosotros no somos tan refinados, valoramos mucho esta cualidad, y de hecho la intentamos realzar cuando usamos el surround en los equipos de música. Pero además, como explica Javier Sampedro en su libro 'El siglo de la ciencia', las escalas irregulares que se emplean en la música, y que están basadas en las escalas pitagóricas, favorecen que el cerebro interprete la música como una escena tridimensional. Y otra cualidad que otorga profundidad es la reverberación. De eso se dio cuenta el productor Phil Spector, que en los años 60 desarrolló una técnica conocida como “muro de sonido” y que se basaba en acompañar la melodía principal con un sinfín de voces e instrumentos que se grababan tras pasar por una cámara de eco. Eso es lo que le daba una cualidad tan especial, emocionante y profunda a canciones como 'Then he kissed me', de The Crystals, a algunos temas de Tina Turner y los Beatles o a la banda sonora de la película 'Malas calles', de Martin Scorsese.


PARA SABER MÁS

'Tu cerebro y la música. El estudio científico de una obsesión humana'. Daniel J. Levitin. RBA 'Musicofilia'. Oliver Sacks. Anagrama 'It don't mean a thing... Keeping the rhythm during polyrhythmic tension, activates language areas' (BA47). Vuust P. et al. Neuroimage. 2006 Jun;31(2):832-41