Tercer Milenio
En colaboración con ITA
Ya estamos en isla Decepción
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No exageraba. Un barco que, en su primera visita al puerto, le pareció pequeño, aunque «también precioso, tan rojo, tan activo, y tan lleno de vida», iban a atravesar el paso de Drake. El paso más corto desde tierra firma al continente antártico y la zona del mundo con aguas más tormentosas. Es, cuenta Javi, «el gran problema que mantiene a los científicos atados a sus camas», «se dice que las olas pueden llegar a los 10 metros, cosa que sucede no pocas veces». Mucha gente le ha deseado buena mar desde los comentarios del blog. Algunos, como Ricar, le han dado consejos contra el mareo: «Vida de marmota: comer y dormir». Y muchos han opinado sobre si, como hacían antaño los marineros que se graduaban pasando el cabo de Hornos o el Drake, debería ponerse un pendiente en la oreja izquierda. Su explicación sobre los cotilleos: «Que somos científicos y curiosos por naturaleza» también ha traído cola en los comentarios. Mar le sugería que se llevara algo insólito, «algo que no tenga nada que ver con la Antártida y que te parezca divertido o loco o simplemente lo primero que se te pase por la cabeza. Después de estar trabajando en condiciones extremas, con las mismas personas y por varios días, estos objetos insólitos ayudan a seguir adelante». No sabemos si le dio tiempo de conseguirlo, pues al cierre de esta edición, aún no teníamos nuevas noticias de Javi, que debe de estar ya en tierras antárticas, pero antes de zarpar confesaba que «si lo hubiera pensado, me llevaría una sevillana bailando, de esas que ponían las abuelas encima de las televisones, y que ahora no se pueden poner porque son planas».
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