Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Investigación forense

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IDENTIFICADOS

Las técnicas para el estudio del ADN revolucionaron en su día las herramientas de identificación usadas por la Policía. Ya no solo disponían de las famosas huellas dactilares, sino que ahora casi cualquier material biológico encontrado podía servir para identificar, con una precisión de casi el 100%, a un supuesto sospechoso. Ahora puede darse un paso más: por muy limpio que vaya el asesino, cada uno de nosotros lleva consigo al menos 150 tipos de bacterias en la piel de las manos, y su patrón difiere, por lo que teóricamente podríamos ser identificados basándonos en él. Pero, además, mientras que el ADN únicamente nos da información sobre la identidad del sospechoso, el microbioma nos podría decir también dónde vive, qué es lo que come, en qué trabaja o incluso si convive con una mascota. De momento, sin embargo, su aplicación es lejana: la precisión conseguida es de solo en torno al 80%, y todavía debe estudiarse cómo puede variar dicho patrón con el tiempo, entre otros inconvenientes que hay que tener en cuenta si no queremos llevarnos a desagradables engaños.