Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Logística. Mucho más que unir dos puntos del mapa

La logística es más que el transporte de mercancía. Hoy en día es el proceso de planificar, implementar y controlar eficientemente el flujo de materias primas, productos en curso, productos terminados y la información relacionada con ellos, desde el punto de origen hasta el punto de consumo con el propósito de satisfacer los requerimientos del cliente. Se ha convertido en un factor decisivo para mejorar la competitividad de las empresas en un mercado cada vez más global. En torno a ella, han surgido nuevas tecnologías y se siguen generando nuevos desarrollos de carácter tecnológico para superar los retos futuros a los que tiene que hacer frente.

Almacén de la empresa BSH Electrodomésticos España en la Plataforma Logística de Zaragoza
bsh
BSH ELECTRODOMéSTICOS ESPAñA

El concepto de logística ha evolucionado a lo largo de los años. Si bien inicialmente hacía alusión a las empresas de transporte, hoy en día es más amplio y comprende todos los servicios que se prestan en y entre los eslabones de la cadena de suministro, incluyendo, aparte del transporte, actividades relacionadas con la gestión de inventarios y pedidos, fraccionamiento de carga, almacenamiento de ensamblaje, empaquetado final, intermodalidad, distribución capilar (en la ciudad) o movilidad urbana, entre otros.


Hoy en día, los principales retos de la logística son incrementar la multimodalidad (uso de diferentes modos de transporte para que sea más sostenible), aumentar la colaboración en las cadenas de suministro (formadas por distintos agentes y con objetivos distintos entre sí pero que deben trabajar conjuntamente para la disponibilidad del producto en el punto de consumo), mejorar la movilidad de personas y mercancías en ciudades, y gestionar con mayor eficiencia las emergencias (logística humanitaria).


La aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación está permitiendo avanzar en estos retos hacia soluciones más sostenibles y competitivas.


En estos campos existen líneas de investigación para el desarrollo de nuevas aplicaciones, algunas de ellas basadas en tecnologías existentes (como GPS, GPRS, RFID…), para garantizar, por ejemplo, dentro de la multimodalidad que no se pierda la mercancía o que la carga de transporte se realice de la manera más eficiente utilizando planificaciones de rutas, abriéndose un campo de investigación relacionado con las mercancías peligrosas para asegurar que se tratan adecuadamente.


En relación con el uso de los diferentes modos de transporte, también se está trabajando en sistemas que permitan aprovechar la información e infraestructuras de los diferentes agentes participantes en la cadena de suministro para que todo el proceso se pueda gestionar como un sistema (desde la producción hasta que llega a la tienda) de una forma más eficiente desde el punto de vista económico y también sostenible, además de eliminar el papel en el transporte intermodal y fomentar los sistemas digitales en la transferencia de carga y en todo el proceso para que sea más seguro. Igualmente se investiga en herramientas que permitan una mayor colaboración entre las pymes que les permita utilizar el ferrocarril o el transporte marítimo combinando cargas de diferentes empresas, ya que son modos de transporte a los que habitualmente no pueden acceder o bien tienen que afrontar un mayor coste económico por no tener un volumen de mercancía suficiente.


En la logística urbana, el eje de la investigación se estructura en dos líneas relacionadas con los pasajeros y las mercancías. Por ejemplo, tecnologías como los sistemas de comunicación V2V (vehículo a vehículo) o la V2I (vehículo con infraestructura) están posibilitando que la información entre los agentes genere servicios para los ciudadanos y mejoras para la ciudad con el fin de que las personas se puedan mover de la forma más rápida posible, generando menos contaminación, accidentes o ruido.


En cuanto a la distribución de mercancías en las ciudades, el objetivo, sobre todo, es conseguir dar un mejor servicio al comerciante, que cada vez es más restrictivo al venderse más productos que no tienen 'stock' y hay establecimientos en las ciudades que se aprovisionan cuatro veces al día a unas horas determinadas. En Europa y, en concreto, en países como Holanda, se están desarrollando más estrategias sostenibles de distribución de mercancías en las ciudades, de tipo regulatorio y también tecnológico (restricciones de entrada a la ciudad por horario o a determinados tramos, pago por el acceso al entorno urbano, gestión inteligente de zonas de carga y descarga, entrada solo para vehículos eléctricos...).


En España, algunas iniciativas ya se han llevado a cabo en este campo. Es el caso de la ciudad de Barcelona, donde se han dispuesto carriles multiuso; a determinadas horas del día, los carriles extremos se emplean para la circulación, aparcamiento o carga y descarga, regulándose su utilización mediante una serie de paneles luminosos.