Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Tu cerebro va de compras

Antropólogos, neurocientíficos, psicólogos, economistas y expertos en márquetin se han aliado para tratar de explicar cómo toma decisiones el cerebro humano cuando vamos de compras. Estos son algunos de los criterios que tus neuronas-consumidoras tienen en cuenta a la hora de llenar el carro de la compra, elegir entre varios productos similares, valorar el precio de un producto o escoger un regalo.

Mientras compramos, se libera en nuestro cerebro gran cantidad de dopamina
consumo
HERALDO

EN LOS GENES

¿Dos hermanos gemelos llenarán su carro de la compra con los mismos productos? Itamar Simonson, de la Universidad de Stanford, y Aner Sela, de la Universidad de Florida (Estados Unidos), demostraron hace poco que algunas de las decisiones que toman los consumidores tienen una importante base genética. Estudiando las preferencias como consumidores de gemelos idénticos, los investigadores identificaron un componente genético que les hacía coincidir en sus preferencias hacia determinados productos. Concretamente hacia el chocolate, la mostaza, los coches híbridos, las películas de ciencia ficción y la música jazz.


MÁS DATOS

A la hora de adquirir un producto, los datos no nos abruman, sino todo lo contrario. Cuantos más datos cuantitativos (números) contiene una etiqueta o la caja de un producto, más predispuestos nos mostramos a adquirirlos, según un estudio publicado en la revista ‘Journal of Consumer Research’. Nos referimos a los píxeles en las cámaras digitales, los vatios en los equipos de música y los porcentajes de algodón, elastano o poliéster en prendas de vestir, entre otros. Esta premisa se cumple incluso si esos datos no aportan información útil.


COMPRADORES NARCISISTAS

El nombre de una marca puede influirnos de un modo curioso. De acuerdo con un estudio austriaco publicado en ‘Journal of Consumer Research’, tendemos a escoger inconscientemente aquellos productos cuya marca contiene letras del alfabeto presentes en nuestro propio nombre, sobre todo si coinciden en la inicial. Esta tendencia ‘narcisista’ es una extensión del efecto nombre-letra, que, según demostró Brett W. Pelham, de la Universidad de Nueva York en Buffalo (EE. UU.) en 2002, hace que la probabilidad de que una persona llamada Philip se mude a Philadelphia y se case con Phoebe sea mucho más alta que si se llama Jack.


CON LA NARIZ

Añadir un aroma a un producto hace que lo distingamos y lo recordemos mejor que a sus competidores, e incluso que lo compremos más. Es la conclusión de un estudio realizado por Aradhna Krishna y sus colegas de la Universidad de Michigan (EE. UU.). En sus experimentos, pidieron a 151 voluntarios que evaluaran tres lápices del mismo modelo, algunos de ellos inodoros, otros con olor a pino y otros con olor al árbol del té. Este último, con un olor atípico, fue el que más indujo a la compra a los sujetos. No en vano, según una investigación de la Universidad de Rockefeller (EE. UU.) recordamos el 35 por ciento de lo que olemos.