Tercer Milenio

En colaboración con ITA

'El detective cantante'. ¿Quién da el cante?

El escritor de novelas policiacas Dan Dark se encuentra postrado en la cama de un hospital con una tremenda psoriasis. Ocupan su tiempo en planificar un guión en su cabeza en el que un cínico investigador privado también es cantante en una banda, hasta el punto de llegar a confundirse con su protagonista. Pero algunos gazapos científicos se esconden en los diálogos de esta película: 'El dective cantante'. ¿Te atreves a intentar cazarlos?

Una película dirigida en 2003 por Keith Gordon
detective cantante

DIÁLOGO:

-Señor Dark, ¿piensa ponerse mejor? -interroga el doctor Gibbson, un extravagante psiquiatra a su paciente Dan Dark-. La enfermedad crónica es un refugio. Sí, una cueva entre las rocas en la que puede esconderse un espíritu herido.


-Menuda cueva -replica con desgana Dan Dark.


-Oh, no, no, no, es muy cómoda. Hay murciélagos dentro. Roedores que chillan, con alas de piel y pelo, que cuelgan boca abajo y aplastan escarabajos entre sus dientes. Pero usted ya lo sabe. Conoce a los murciélagos -prosigue el Dr. Gibbson.


-Cállese, gilipollas -zanja Dan Dark.


¿DÓNDE ESTÁ EL GAZAPO?

Dada su cortante respuesta, nos quedamos con la ganas de saber si, en efecto, el señor Dark es tan íntimo de los murciélagos como presume el doctor Gibbson, pero lo que sí se hace evidente es que este no los conoce. No al menos como Dios manda. Y para que esta afirmación no suene a argumento creacionista, procedo a explicarme.


Sí, los murciélagos tienden a refugiarse en cuevas, así como en otros oscuros lugares parecidos, ya sean minas o edificios abandonados, árboles huecos, etc. Y antes de proseguir conviene tener bien claro que, debido a la enorme cantidad de especies que hay de murciélagos, no todas las afirmaciones del doctor Gibbson tienen un carácter absoluto; pero sí son aplicables al menos a una representación significativa de todas esas especies.


Y sí, los murciélagos, como animalitos sociales que son, tienden a comunicarse entre ellos mediante agudos grititos audibles por el ser humano. Y, asimismo, son peludos (como todos los mamíferos) y están dotados de alas (los únicos mamíferos que pueden decirlo), constituidas por una extensión de piel que se despliega sobre su modificada mano, donde los dedos han sido reciclados en una especie de varillas que ejercen de soporte para la ‘cutánea tela’, de modo similar a lo que sucede al desplegar un abanico.


Además, sus escuchimizadas patas inferiores (todo sea por ganar en ligereza y facilitar el vuelo) están culminadas por una garras afiladas y curvas que les permiten colgarse boca abajo en su refugio sin esfuerzo. Vamos, que esta postura les resulta de lo más cómoda y natural.


Finalmente, son muchas las especies de murciélagos que siguen una dieta insectívora y que no dudan en hincarle el diente a un escarabajo cuando se presenta la ocasión.


Pero…, y usted ya lo sabe porque sí que los conoce como Dios manda, los murciélagos no son roedores (orden Rodentia) sino quirópteros (orden Quiróptera), por mucho que el origen etimológico del nombre –murciélago deriva de los términos latinos ‘mus’, ratón y ‘caeculus’, ciego- nos quiera llevar al huerto. Es decir, que murciélagos y roedores son dos grupos distintos de mamíferos. Concretamente, los dos más exitosos desde el punto de vista de número de especies, con los roedores en primer lugar -aproximadamente el 40% de las especies de mamíferos conocidas lo son-, seguidos de los quirópteros -en torno al 20%-.


Pero es que, además, unos y otros no admiten confusión posible, básicamente porque, como ya se ha dicho, los murciélagos son los únicos mamíferos alados. Para rematar la machada, los roedores, aunque tienen pelo y propensión a chillar y se les puede encontrar en cuevas, ni cuelgan boca abajo ni sienten debilidad por los insectos (cosa que sí les sucede a los mamíferos del orden Insectívora: musarañas, topos…, que muchas veces son clasificados erróneamente como roedores); de hecho, la inmensa mayoría se alimentan de semillas y frutos.


En fin, que, al menos a tenor de este diálogo, no es el detective, sino el doctor, el que da el cante.


FICHA DE LA PELÍCULA

Título ‘El detective cantante’ (’The singing detective’) Año 2003 Director Keith Gordon Guión Dennis Potter Reparto Robert Downey Jr (Dan Dark), Mel Gibson (Dr. Gibbon), Robin Wright (Nicola/Nina)