Radiografía de las nuevas adicciones

Videojuegos y redes sociales, entre los adolescentes, y casinos, apuestas y sexo 'online' o compras compulsivas entre los adultos.

Videojuegos, imagen de archivo.
Videojuegos, imagen de archivo.
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El primer año de funcionamiento del Centro de Adicciones Comportamentales del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, un dispositivo pionero y único en su clase a nivel nacional, ha permitido a los especialistas realizar una nítida radiografía de estas nuevas dependencias sin sustancia, ajenas al tradicional consumo de estupefacientes, pero que también enganchan, y mucho, e hipotecan la vida de quien las padece.

El dispositivo hospitalario, que no obliga a pasar por los filtros de la atención primaria o de los centros de salud mental para llegar a las terapias especializadas -tránsitos que frenan a muchos adictos- y que solo trata dependencias sin sustancia, lo primero que ha certificado es que existe un muy claro reparto y división entre cada tipo de adicción y el sexo o la franja de edad del paciente que la padece.

La primera gran evidencia es que lo que engancha a jóvenes y adultos tiene muy poco que ver. En los primeros doce meses de funcionamiento 140 adolescentes contactaron con el centro para pedir ayuda. Tras rellenar los cuestionarios que permiten delimitar el rango de adicción y afectación psicológica que sufren, la mitad presentaba un grado elevado de dependencia, por lo que se les incluyó en el programa específico del hospital, que prevé un plan personalizado y terapias psiquiátricas y psicológicas tanto individuales como grupales durante un máximo de un año.

La edad media de los adolescentes enganchados es de 14 años y casi tres de cada cuatro son chicos. De manera general, el gran problema es la adicción a los videojuegos -lo que trajo a dos de cada tres-, seguido de la dependencia de las redes sociales (37%) y, ya con presencia más residual, de los problemas con la pornografía (2,8%) y con las compras (1,4%). Pero si la división se hace por sexos, el sesgo de las adicciones aparece en toda su dimensión. Aunque hay casos de multidependencia, los videojuegos son el problema del 92% adolescentes varones mientras que las redes sociales lo son del 63% de las chicas. Lo que tienen en común es que en ambos casos sus males vienen de un uso problemático de las pantallas y de internet.

Muchos adultos jóvenes

Cuando se mira a los adultos la radiografía cambia por completo. El perfil mayoritario de los 482 que acudieron al centro es el de un hombre (ocho de cada diez) de unos 38 años y al que, principalmente, es el juego lo que le está arruinando la vida. Los casinos, las apuestas y demás productos de azar ha atrapado al 36% de estos ciudadanos y en siete de cada diez casos la adicción llega a través de la versión 'online'.

La segunda gran adicción es el sexo, tanto en su cara pornográfica como en variantes de la prostitución. Es la perdición del 28% de los adultos que piden ayuda. En este caso, son hombres en su totalidad, con una edad media que ronda los 40 años y que en el 85% de las ocasiones acceden a su obsesión a través de la red y las pantallas electrónicas.

La tercera dependencia más frecuente es la que vuelve a confirmar la fuerte división por sexos. Una de cada cuatro personas que pidieron ayuda a los especialistas del Gregorio Marañón son adictas a las compras compulsivas. El 90% de ellas fueron mujeres y su edad media subió a los 46 años.

El otro perfil diferenciado es el del joven, mayor de edad, pero menor de 25 años. Son uno de cada cinco pacientes que acuden al servicio. El 90% son hombres y la práctica totalidad tienen trastornos por su enganche con los videojuegos.

Otras patologías de base

La segunda evidencia más relevante de este balance médico es que entre los adultos que necesitaron ingresar en el programa hospitalario para recibir terapia individualizada el 24%, uno de cada cuatro, eran poliadictos y muchos presentaban otras alteraciones o patologías psicológicas de base. Por ejemplo, entre los pacientes con juego patológico, las enfermedades psiquiátricas más frecuentes eran la depresión y el trastorno de ansiedad, en muchas ocasiones acompañadas por un consumo excesivo de alcohol. En la adicción al sexo, sin embargo, lo más prevalente es el trastorno obsesivo compulsivo y la ansiedad, mientras que en la dependencia de las compras los males más habituales son la depresión crónica y los trastornos de conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia.

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