El Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza (COMZ), la Asociación de Ginecología y Obstetricia Aragonesa y la Sociedad Aragonesa de Anticoncepción han emitido un comunicado de repulsa sobre el término “violencia obstétrica”, y su uso en pancartas anónimas aparecidas en la pared del Hospital Materno-Infantil de Zaragoza.

En una nota de prensa remitida por el COMZ se recuerda que la especialidad de Ginecología y Obstetricia, como el conjunto de la profesión médica, "trabaja por y para sus pacientes atendiendo al rigor científico y de acuerdo al cumplimiento de las normas éticas y deontológicas de la profesión, para procurar a quienes lo necesitan los mejores resultados en salud, con una vocación incansable por la mejora y la humanización de la práctica clínica".

Por ello consideran que emplear el término “violencia obstétrica” para describir las prácticas profesionales de asistencia al embarazo, parto y postparto por parte de los facultativos especialistas es "un agravio inadmisible" que atribuyen al "desconocimiento de la complejidad de dichos procesos, y del alto nivel de cualificación que requiere el ejercicio de la especialidad para la toma de decisiones".

Para estas organizaciones el uso de este tipo de términos, "ofensivos" y "alejados de la realidad asistencial, solo contribuye a menoscabar de forma infundada la credibilidad de los especialistas en Ginecología y Obstetricia, generando una innecesaria alarma social que socava los pilares de la imprescindible confianza como fundamento de la relación médico-paciente, esencial en todo acto médico".

Estas organizaciones condenan este tipo de campañas "gravemente distorsionadoras de la realidad asistencial" así como el empleo "de cualquier forma de terminología denigrante del ejercicio de la especialidad de Ginecología y Obstetricia".