Llega el frío y con él la piel comienza a sufrir más las inclemencias meteorológicas. Se suele secar más conforme los grados del termómetro disminuyen. El tipo de hidratación variará en primer lugar en lo que se refiere a la textura. Durante el verano, se suele utilizar loción porque es más ligera y se absorbe mejor. Por el contrario, en invierno, se utilizará una crema con más consistencia.

Los componentes de la crema hidratante también es muy importante escogerlos bien. Durante el invierno, deben predominar las ricas en mantecas y aceites. Es muy común que durante esta época del año que surjan rojeces e irritaciones en la piel. Para calmarlas es bueno que las cremas hidratantes tengan rosas o caléndula.

La crema hidratante no es el único elemento de belleza que ayuda a proteger la piel de la deshidratación. Utilizar limpiadores también ayudará a mantener la piel en perfecto estado. Deben contener orquídeas o almendras con el objetivo de calmar la zona tratada.

Proteger la piel del sol

Es fundamental proteger la piel de los rayos del sol durante todo el año. Los dermatólogos recomiendan que las personas se pongan crema solar durante todo el año. Los rayos ultravioletas dañan la piel durante todo el año y es necesario poner crema solar.

Hay que adecuar la protección solar a la intensidad de los rayos solares. Durante los meses de invierno, se necesita un proteger la piel con un factor menor que durante el verano. El menor impacto de los rayos solares durante el invierno no quiere decir que no exista riesgo. Pueden aparecer manchas que dañarán la piel. La protección ideal para la piel durante los meses de invierno será con una crema de factor entre 15 y 30. Se debe aplicar todos los días para que se mantenga en perfecto estado.