La reciente muerte de tres bebés prematuros en hospitales catalanes por una infección de la bacteria klebsiella "no es exepcional", sino que forma parte del grave problema de salud pública mundial, especialmente importante en España, donde cada año las bacterias multirresistentes matan a miles de personas.

Así lo ha asegurado el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), José Miguel Cisneros, quien ha insistido en que el caso de los bebés es "la expresión del grave problema" que supone la infección por bacterias multirresistentes -que no responden a los antibióticos- "y no hay que poner el foco en Gerona o en Sevilla"

La Klepsiella está catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las bacterias multirresistentes especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores o catéteres intravenosos.

Se trata de bacterias que han adquirido resistencia a un elevado número de antibióticos, principalmente por el mal uso y abuso que se hace de ellos. Y España ocupa el primer lugar en consumo de estos fármacos "sin ninguna razón epidemiológica que lo justifique", ha señalado el doctor Cisneros.

Consecuencia de ello es que nuestro país se sitúa a la cabeza de los países ricos en infecciones bacterianas, que el Ministerio de Sanidad estima que causan cada año 2.000 fallecimientos en los hospitales.

Unos datos que según este experto no son reales. La SEIMC analizó por primera vez 82 hospitales durante una semana y en 81 de ellos se produjeron infecciones por bacterias multirresistentes, incluida la klebsiela, que afectaron a 903 pacientes, de los que el 20% (177) fallecieron.

Extrapolando estos datos, se puede elevar a 35.000 las muertes anuales por esa causa, unas cifras que superan a los fallecidos por accidentes de tráfico.

El doctor Cisneros ha explicado que la klebsiela es una bacteria que la mayoría de las personas tienen en su intestino y es una causa común de infecciones de orina e, incluso, de neumonía.

Las infecciones por esta bacteria están descritas en la literatura científica, particularmente en unidades de neonatología, porque los prematuros "son más vulnerables".

Por una parte, son tratados con instrumentos invasivos como cáteteres, tubos de ventilación mecánica o sondas de orina, que facilitan la entrada de las bacterias, y, además, su sistema inmunes muy bajo, por lo que, ante una infección bacteriana, "puede pasar lo peor", señala este experto, que recuerda que estos pequeños viven gracias a la medicina moderna.

El presidente de la Seimc ha apuntado que los bebés fallecidos podían ser portadores de la bacteria o haberse contagiado por contacto de los sanitarios o por los propios familiares. "No se puede decir que las manos de los profesionales sanitarios sean las responsables", ha recalcado.

Este especialista ha incidido en que "las infecciones bacterianas forman parte del riesgo biológico, imposible de evitar, cuando se ingresa en un hospital". Los protocolos que se siguen, que incluyen prácticas higiénicas "muy estrictas", reducen al máximo la propagación de infecciones, "pero hay un riesgo mínimo que aun no se ha conseguido eliminar". "No es posible esterilizar a las personas ni a su intestino", ha advertido.

En España existe un Plan de lucha contra las resistencias antimicrobianas, pero el doctor Cisneros ha lamentado que no esté dotado de financiación, una de las reivindicaciones de la SEIMC, junto con el reconocimiento de la especialidad de enfermedades infecciosas, lo que ayudaría en el tratamiento de esas infecciones. 

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