El reiki y el yoga, entre las pseudociencias y técnicas investigadas por el Gobierno

Hay 73 técnicas que no tienen suficiente respaldo científico para considerarlas seguras pero no serán prohibidas por el Ministerio de Sanidad.

Practicar yoga con regularidad es beneficioso a nivel físico y mental
Practicar yoga con regularidad es beneficioso a nivel físico y mental
Freepik.com/Jcomp

Tres meses después de presentar su intención de regular las "pseudociencias", los ministros María Luisa Carcedo y Pedro Duque presentaron un listado de "pseudoterapias" y "terapias aún en evaluación" que serán investigadas por el Gobierno. "Queremos eliminar la práctica de algunas técnicas que carecen de rigor científico", insistió Carcedo. "Hay 139 técnicas de dudosa eficacia en un informe preliminar que vamos a empezar a investigar. Es un primer filtro, y ya podemos calificar de pseudociencia a aquellas en las que no existe ni siquiera un intento de demostrar su eficacia". Entre las que no merecen una segunda revisión por parte del Gobierno ("no son siquiera evaluables", dijo la ministra) se encuentran 73 prácticas de la 'medicina alternativa', como el 'coaching' transformacional, la digitopuntura, el masaje de chacras, la numerología, la orinoterapia, el tantra y terapias florales variadas.

En el listado elaborado por el Sistema Nacional de Salud, mediante la Red Española de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones, hay otras 66 técnicas bajo lupa, a las que el Gobierno todavía no califica con el sufijo 'pseudo', pero que someterá a una revisión de los artículos e informes científicos que intentan acreditar sus beneficios para la salud. En este limbo, que aún puede durar meses de trabajo por parte de especialistas, están la acupuntura, la fitoterapia, el Gestalt, la homeopatía, la medicina naturista, la musicoterapia, el quiromasaje, el reiki, el shiatsu, las flores de bach y el yoga.

"Con esta identificación no se trata de prohibir o no", responde Carcedo. "Estamos regulando técnicas o sustancias que tienen una determinada publicidad bajo la premisa de que son inútiles para la salud". Estas "cosas", como prefiere llamarlas Duque "para no usar terminología médica inadecuada", no serán prohibidas, y si se venden en farmacias allí seguirán, pues la acción del Gobierno, al menos en este primer momento, se basa en la prevención. "No hay un afán prohibicionista", aseguró Duque. "Queremos presentarlas al ciudadano para su discusión. En los próximos meses tendremos informes de las publicaciones que existen, pues les haremos meta-análisis, es decir, analizaremos sus análisis".

Durante este tiempo, que ambos esperan seguir en el cargo en caso de ganar el Psoe las elecciones, también se decretará un doble cambio en la legislación. "El real decreto (para modificar las leyes que rigen la publicidad engañosa y para despojar del calificativo 'sanitario' a los centros que practiquen pseudociencias) llevará su tiempo, así como contra la publicidad engañosa", aseguró Carcedo. "Pero el mundo no se acaba con las elecciones y la Administración no se interrumpe".

Nombres de risa

La ministra de Sanidad enumeró parte de las "pseudociencias" incluidas en el listado. "Algunas tienen nombres de risa", dijo sobre la 'hidroterapia de colon', por ejemplo. Aquellas que no tienen "ríos de tinta" para intentar demostrar su validez sanitaria son 73. Entre estas técnicas que no serán siquiera investigadas antes de calificarlas, a partir de hoy, como oficialmente "pseudociencias", están, además de los mencionados, el feng-shui y los tratamientos con cristales de cuarzo, y esencias marinas.

"Pseudociencia es un discurso similar al de la ciencia que pretende engañar a las personas con terminología y palabras clave", define Duque. "Hay un auge de bulos y noticias falsas, y lo que queremos es que la gente tome decisiones informadas". El problema, asiente Carcedo, tiene dos vertientes.

Una, la del paciente de abandona un tratamiento que sí ha sido comprobado científicamente que puede curar o aliviar su enfermedad. La segunda es que, aun sin renunciar al tratamiento médico, sigue pautas que disminuyen la eficacia de dicho tratamiento. El caso que repite Carcedo como ejemplo conocido es el del curandero que aseguraba "curar" el autismo con lejía, y que ya está siendo juzgado.

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