La sabiduría popular pocas veces se equivoca y, además, lo sentencia un refrán: "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Normalmente, durante el día solemos hacer varias comidas: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, y, sin embargo, por la noche, pasamos 9 o 10 horas sin ingerir ningún alimento, así que, por la mañana, cuando nos levantamos, nuestro cuerpo, nuestras células, necesitan energía para poder empezar a funcionar. "La mañana es el período en el que los chavales desarrollan una mayor actividad tanto física como psíquica -clases, deporte, inglés, dibujo, el recreo...-. Si queremos que nuestros hijos puedan hacer todo eso, más te vale que empiecen el día con energía", explican Joaquín Martínez, enfermero y técnico de prevención, y el pediatra zaragozano Pedro Orós. “Además -insisten-,  un buen desayuno les ‘pondrá las pilas’ hasta la hora de comer. En tan solo 15 minutos, y si es en familia mucho mejor, podemos hacer un desayuno completo y saludable para salir de casa con energía y de mejor humor”. Y, para terminar, los expertos nos recuerdan que “no desayunar o hacerlo mal puede tener efectos negativos en el rendimiento escolar de nuestros hijos”.

¿Cómo debe ser un buen desayuno?

"Sobre todo, un buen desayuno debe ser variado -responden los especialistas- y tiene que incluir alimentos de, al menos, estos tres grupos":

Lácteos: leche, yogur, cuajada, quesos o alternativas como el batido de soja. Estos alimentos les aportarán calcio, fósforo y vitaminas para rendir en clase. Harinas: pan, en todas las versiones que se nos ocurran, cereales de desayuno y galletas. Es decir: hidratos de carbono, que se transforman en glucosa, el 'combustible' que su cuerpo necesita a esas primeras horas de la mañana. Frutas: las frutas y los zumos que más les apetezcan. El desayuno será, así, más rico en vitaminas y fibra y su intestino funcionará como un reloj. Otros alimentos: jamón serrano, jamón cocido, mantequilla, mermelada, azúcar, miel. Este sería un desayuno ideal, muy variado y parecido al llamado: 'desayuno americano'. No debe ser aburrido. A menudo, los chavales desayunan todos los días lo mismo (leche con galletas o cereales...) y esto les aburre, les cansa. El hábito del desayuno es muy importante, por lo que si no variamos, los chicos terminarán marchándose a clase con un triste vaso de leche en el estómago por todo alimento.Alternativas fáciles para hacer un buen desayuno

Desayunos dulces. Los más tradicionales:- Leche, cereales, copos de avena y zumo.

- Yogur con frutos secos, pan con algo dulce y zumo.

- Batido de leche o yogur con galletas o cereales y zumo.

- Leche, galletas con chocolate o mermelada y zumo.

- Leche o yogur, pan con mantequilla y mermelada, miel o azúcar y fruta.

- Leche o yogur, bizcocho casero y fruta.

- Leche, pan tostado con aceite y azúcar y fruta.

- Frutas con yogur y tostadas con mermelada.

Desayunos salados: Son una alternativa para los menos ‘lecheros’, aunque conviene recordar que, si no les apetece la leche por la mañana, deberán tomarla a lo largo del día:- Pan untado con tomate y aceite.

- Sándwich de jamón y queso y fruta.

- Yogur o cuajada, pan, tortilla de queso y zumo.

- Yogur o leche, pan untado con aceite, jamón o queso y zumo o fruta.

Un buen desayuno nunca debe abusar de la bollería: magdalenas, bollos de crema... bollería industrial en general. Es difícil no caer en la tentación, sobre todo si tenemos en cuenta lo rápido y fácil que es de preparar, pero podemos probar a sustituirla por cualquiera de las opciones que hemos dado anteriormente: están igual de buenas y son mucho más sanas.

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