De un hospital de campaña norteamericano al Servet

Profesionales sanitarios del Clínico y del Servet intercambiaron experiencias esta semana con la 30 Brigada de Sanidad de los EE. UU.

El doctor Wesley Clarkson (i) y la doctora Claudia Mondragón (d) junto al doctor Miguel Ángel Suárez Pinilla (c), jefe del servicio de la UVI del hospital Clínico de Zaragoza.
El doctor Wesley Clarkson (i) y la doctora Claudia Mondragón (d) junto al doctor Miguel Ángel Suárez Pinilla (c), jefe del servicio de la UVI del hospital Clínico de Zaragoza.
Ángela Ibáñez

Más allá de los diferentes efectivos militares implicados en los ejercicios de adiestramiento de las maniobras Trident Juncture, un importante cuerpo médico se desplaza con cada operación de la OTAN para asegurar que, en caso de emergencia, cualquier asistencia sanitaria sobre el terreno quede cubierta.

De esta cuestión se ocupa la 30 Brigada de Sanidad de los Estados Unidos, cuyos responsables protagonizaron esta semana un "enriquecedor" intercambio de experiencias con diversos profesionales del hospital Clínico y el hospital Miguel Servet de Zaragoza para demostrar que gracias a la cooperación entre unos y otros cuerpos la medicina es capaz de salvar vidas en los más diversos escenarios.


"Una de las claves para que estas maniobras hayan salido tan bien reside en el trabajo conjunto. Además de planeadores y estrategas, es importante que toda la comunidad médica se vea intrínsecamente envuelta antes de que se haga una operación de este calibre", defiende el teniente coronel Wesley Clarkson, comandante adjunto de servicios clínicos de esta brigada médica que envió con antelación a diversos representantes sanitarios a España para pactar una actuación conjunta en el caso de sufrir una emergencia sanitaria.


"Este ha sido mi primer contacto con la sanidad pública española y he quedado realmente impresionado al ver la capacidad asistencial de los hospitales de Zaragoza. Estos son incluso más efectivos que los del sistema de salud militar de Estados Unidos cuando se trata de ver a cierta cantidad de pacientes en un mismo día", destaca el doctor Clarkson tras visitar junto a otros miembros de la 30 Brigada Médica Americana el hospital Clínico y el hospital Miguel Servet de Zaragoza.


Un ejemplo de la cooperación entre ambos cuerpos se dio el pasado miércoles, tras el ejercicio de paracaidismo realizado en el campo de San Gregorio. Clarkson relata que algunos de los soldados que participaron en el ejercicio resultaron heridos y, dadas las limitaciones que presenta un hospital de campaña, fue necesario trasladar a algunos de los heridos del hospital militar al hospital Miguel Servet de Zaragoza. "En EE. UU. –compara– a veces no es tan fácil trasladar a un paciente de un hospital militar a uno civil. Entender que todos tenemos el mismo fin cuando se trata de la salud de las personas envueltas en este tipo de maniobras facilita el cuidado médico de cualquier soldado: sea estadounidense, español o alemán”, subraya el americano.


Cómo funciona un hospital de campaña

Mover un hospital de campaña de un lugar a otro es –en palabras del capitán Johnathan Haines- una de las partes más complicadas. Sin embargo, su presencia en un campamento militar es fundamental en caso de emergencia para ser capaces de estabilizar y mantener a la persona con vida hasta su posterior traslado a un centro hospitalario. "Nosotros evacuamos siempre valorando la gravedad del herido y es el personal militar el que se encarga del traslado del paciente para estabilizarlo”, explica Haines, al hablar de la asistencia sanitaria que se presta tanto en el Role 1 (Atención Primaria y de Urgencia) como en el Role 2 (con capacidad quirúrgica) del campo de San Gregorio.


Precisamente la preparación y dotación de estas unidades médicas son dos de las cosas que más sorprendieron a los profesionales del Clínico en su posterior devolución de la visita, el pasado jueves, al campamento militar de la Brigada. "Nos llamó mucho la atención cómo en apenas doce horas podían montar todo aquello y contar con lo imprescindible para la estabilización de una persona. Ellos tratan a pacientes politraumatizados que, incluso en nuestro medio, requieren de una enorme coordinación porque si pierdes un minuto pierdes vida.


Ver cómo son capaces de atender a estos pacientes en situaciones tan adversas y disponiendo de los medios de los que disponen fue realmente impresionante”, afirma la doctora Isabel Gutiérrez, directora del Hospital Clínico de Zaragoza.


Quien también valora positivamente ese intercambio de experiencias es el doctor Antonio Ferreras, subdirector médico de los servicios quirúrgicos del hospital Miguel Servet. Para este especialista de Urgencias, es un "orgullo” poder apoyar este tipo de intervenciones y actos de las fuerzas armadas en los que participan diferentes naciones. "Mostrar que tenemos esta capacidad y desarrollo sanitario al más alto nivel es, además, una buena ventana para que otros países aprecien que nuestra Sanidad nada tiene que envidiarle a cualquier otro país occidental”, sentencia Ferreras.


Con la devolución de la visita al campamento militar el pasado jueves, concluye un intercambio de experiencias que unos y otros profesionales saldan con la siguiente conclusión: son las causas de las heridas que tratan, y nos los medios técnicos o humanos, lo que diferencia una y otra medicina interna. "Al final, tratando con ellos y poniéndonos cara, nos damos cuenta de que la medicina es igual en un sitio como este. Todos trabajamos las mismas cosas, solo que en situaciones tan tremendas y dispares como puedan ser, en su caso, una catástrofe humanitaria o una guerra", sentencia Gutiérrez.


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