A pesar de que numerosos pediatras desaconsejan la realización de la otoplastia en niños –una intervención para corregir la desviación de las orejas–, para el estadounidense Gage Berger, de seis años, era la única salida.

El pequeño, harto de sufrir acoso escolar y soportar comentarios dañinos acerca de sus orejas de soplillo, confesaba al medio estadounidense 'Inside Edition' que no quería ir al colegio para no tener que escuchar que "parecía un elfo y que tenía las orejas muy raras".

Los padres de Gage, preocupados porque su 'problema' pudiese derivar en futuros conflictos emocionales y de autoestima, decidieron que lo mejor era que el niño se sometiese a una otoplastia que corrigiese la desviación de sus orejas.

Lo más sorprendente es que, al parecer, el caso de Gage no es el único ya que según recoge Yahoo, la Sociedad Norteamericana de Cirugía Estética (ASAPS) recoge que en el año 2014 solo en E.E.U.U. se practicaron un total de 9.123 otoplastias en menores, una intervención que supone un riesgo a edades tan tempranas.

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