La aspirina ataca una defensa de los tumores e impulsa los tratamientos de inmunoterapia

Investigadores británicos descubren que el ácido acetilsalicílico inhibe una proteína que usa el cáncer para ocultarse del sistema inmunológico.

Una caja de aspirinas infantiles en una farmacia
Una caja de aspirinas infantiles en una farmacia.
Esther Casas

Un equipo de investigadores en Reino Unido cree que la aspirina puede ayudar a potenciar la inmunoterapia, uno de los tratamientos con más potencial para combatir varios tipos de cáncer.


Según sus experimentos, el ácido acetilsalicílico, que normalmente se utiliza como analgésico o anticoagulante, también podría ayudar a inhibir una estrategia que usan algunos tumores para evitar que las defensas de organismo lo ataquen. El uso combinado de ambos tratamientos, por tanto, puede hacer más eficaz el ataque.


"Hemos aportado nuevas pruebas de que algunos tipos de cáncer producen la proteína PGE2 como una forma de escaparse del sistema inmunitario. Y, cuando logras impedir que las células tumorales creen PGE2, consigues romper esta barrera protectora y desatar todo el poder de las defensas del organismo", aseguró el investigador Caetano Reis e Sousa, coautor del trabajo, desarrollado en el Instituto Francis Crick. Esta proteína, que ayuda a los tumores a esconderse, se encuentra en la mayoría de casos de cáncer de piel, mama y colorrectal. Y se cree que es la responsable de que la inmunoterapia no haya tenido, en algunos pacientes, el éxito esperado. Puede, por una vez, que el remedio a este bache sea algo tan sencillo como la aspirina.


"Una vez que impides que las células cancerígenas produzcan PGE2, el sistema inmunitario vuelve a ponerse en modo asesino, y ataca al tumor", añadió Peter Johnson, jefe clínico de Investigación en Cáncer de Reino Unido, el organismo que ha financiado la investigación.


"Darle a los pacientes un inhibidor de la ciclooxigenasa como la aspirina, en combinación ocn la inmunoterapia, tiene el potencial de mejorar muchísimo los beneficios que se obtienen del tratamiento", apuntó Reis e Sousa.


"Todavía es un trabajo prematuro, pero podría ayudar a convertir los tratamientos de inmunoterapia frente al cáncer mucho más eficaces, y hacer que ofrezcan resultados muy relevantes a los pacientes". De momento, los ensayos se han hecho con ratones, por lo que, si realmente funciona con humanos, todavía podría tardar varios años en incorporarse a la práctica clínica.


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