El 30,5% de los pacientes que acuden a los centros de salud aragoneses aseguran que consiguieron cita con el médico de cabecera al día siguiente de pedirla. Según los datos publicados por el Barómetro Sanitario de este año, el 42,7% de los aragoneses tuvieron que esperar dos días, el 14,6% estuvieron en su casa tres días hasta poder ser atendidos, el 4,9 pasaron 4 días hasta que consiguieron cita y el 7,3% tardaron hasta 10 días. 

Una de las principales razones por las que se producen esta tardanza en conseguir cita es el descenso de médicos que están trabajando en la sanidad aragonesa producto de los recortes que se han aplicado estos años. “Las jubilaciones casi no se cubren, mientras que las bajas tardan más de quince días, por lo que todos esos pacientes se dividen entre los médicos que están trabajando y se no se pueden atender tantos pacientes”, explica Mar Novellón, miembro de Marea Blanca.

Una opinión que también comparten desde el sindicato CSI-F, donde señalan que en el ámbito urbano, los médicos llevan más cartillas sanitarias de las que les corresponde. “Además, se ha estado primando la reducción de las listas de espera, poniendo más médicos para subsanarlo y se ha abandonado la atención primaria y la de seguimiento”, añaden.

Este hecho también está afectando al tiempo de espera para ser atendidos por el doctor una vez se está en el centro de salud. “Siempre ha sido habitual que el médico fuera con cierto retraso, sin embargo, en los últimos tres años esta situación ha ido incrementándose debido a la saturación de las consultas y la complejidad de las atenciones”, recalca Evangelino Navarro, representante autonómico de Sanidad del sindicato CSI-F.

Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el 21% de los pacientes de Aragón aseguran que han estado más de una hora en la sala de espera de su médico de cabecera. Una tendencia que crece si de lo que se habla es de la consulta del especialista. En este caso, el 44% de los aragoneses afirman que han entrado en la consulta de su médico con más de una hora de retraso. “Esto se debe a que el tiempo necesario para atender a cada paciente es mayor y, por lo tanto, la acumulación de minutos aumenta considerablemente”, sostiene Navarro.

“La medicina cada vez es más compleja y los pacientes tienen más edad, por lo que es necesario dedicarles más tiempo a cada uno”, explica Navarro. Esta circunstancia unida al sistema de citación electrónica que “obliga a que haya 3 o 6 pacientes cada cuarto de hora”, provoca que se tengan 5 minutos como máximo para cada paciente. Un tiempo muy limitado si tenemos en cuenta que los médicos de atención primaria aseguran que, para hacer un análisis correcto, son necesarios unos diez minutos por paciente de media.

Por ello, no es de extrañar que aunque los primeros entren en hora, como hay tan poco tiempo de margen, siempre se acaba retrasando. "Además, si no queremos dilapidar el dinero público es necesario realizar un estudio completo para conseguir economizar a medio y largo plazo”, puntualiza Navarro.

Menor satisfacción

Aragón continúa siendo una de las comunidades que más satisfecha está con el sistema público de sanidad, sin embargo, todos los problemas enumerados anteriormente están haciendo mella y han provocado que la nota recibida por el último barómetro sea ligeramente inferior a la publicada hace un año. Mientras que en 2014 se puntuaba a la sanidad aragonesa con un 7,29 ahora se le pone un 7,04.

Lo mismo ocurre con la atención del médico de cabecera, que el año pasado tenía una puntuación de 8,29 y en la actualidad ha descendido al 7,91. “Aunque el médico te trate muy bien, la satisfacción está muy ligada al tiempo de espera y los retrasos que se están sufriendo, por lo que es normal este descenso generalizado en todas las áreas”, reconoce Navarro.

Un ejemplo más es la reducción de la satisfacción de aquellas personas que han acudido a una consulta de especialidad, cuya nota ha bajado del 7,4 al 7,28. “En este caso también tiene mucha influencia los retrasos vividos en las listas de espera de los pacientes”, subraya Navarro. Una cuestión de la que también son conscientes los ciudadanos, puesto que el 39% de los aragoneses aseguran que el problema de las listas de espera ha empeorado en 2014, mientras que el 30% afirman que sigue igual.