Cáncer de páncreas, un tumor que necesita nuevas armas

En 2013 fallecieron 231 pacientes en Aragón a causa de este tumor maligno, cuya mortalidad ha aumentado en los últimos años.

Una intervención de cáncer de páncreas
Una intervención de cáncer de páncreas
Clínica La Luz

El cáncer de páncreas, una enfermedad que se ha cobrado este miércoles la vida de dos personalidades de la esfera pública -el socialista español Pedro Zerolo y la actriz estadounidense Mary Ellen Trainor- ha aumentado su mortalidad en los últimos diez años convirtiéndose en uno de los tumores con peor pronóstico. 


"Afortunadamente, es un tumor de poca frecuencia", matiza el oncólogo aragonés Julio Lambea, quien detalla que, en la Comunidad, es aproximadamente el décimo tumor en incidencia. Sin embargo, su elevada tasa de mortalidad, que se sitúa por encima del 90%, convierte a este tipo de cáncer en "un tumor totalmente necesitado de nuevas armas" para hacerle frente. 


"La esperanza en esta lucha pasa por la investigación. Si hay un tumor en el que hay que invertir es en este, porque ni el diagnóstico precoz ni las medidas preventivas nos ayudan a ponerle freno al no haber evidencias científicas suficientes que demuestren por qué se produce", añade Lambea, presidente del comité técnico de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Un cáncer poco frecuente

En Aragón, según los últimos datos registrados por el departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia, su incidencia es de 12,6 casos por cada 100.000 habitantes. Es decir, se diagnostican en torno a 170 nuevos casos de cáncer de páncreas cada año, con tasas más altas de incidencia en hombres que en mujeres. 


"Al haber más casos diagnosticados, ha aumentado también la mortalidad, ya que solo entre un 5 y un 6% de los diagnosticados consiguen curarse", indica este especialista del Hospital Clínico de Zaragoza.


En 2013, fallecieron 231 pacientes en Aragón a causa de este tumor maligno -30 personas más que el año anterior y 79 más que en 2001-, según datos del Instituto Aragonés de EstadísticaLa mayoría de los casos se diagnosticaron después de los 65 años. De hecho, de los que fallecieron, 193 enfermos tenían entre 60 y 89 años.


Los datos a nivel nacional corroboran que este tumor es uno de los peores que se pueden padecer ya que "no existe un diagnóstico precoz de la enfermedad" y en la mayoría de los casos, cuando aparecen los primeros síntomas de alarma, ha afectado a otros órganos. "El TAC o la ecografía suelen ser las pruebas más frecuentes de diagnóstico, pero la posibilidad de detectar un tumor de páncreas pequeño con el escáner es baja, ya que -al situarse detrás del estómago- hay zonas ciegas que impiden verlo a tiempo", explica este especialista. 


En España -según datos de la Dirección General de Salud Pública- se diagnostican un total de 6.367 casos al año y se producen 5.720 fallecimientos a causa de este tumor, que aun con todo -subraya el oncólogo- es de los menos frecuentes entre la población. "El cáncer de páncreas tiene una incidencia cuantificada de en torno al 3% con respecto al total de diagnósticos de cáncer. Comparado con el cáncer de colón -cuya incidencia es del 15% del total- es cinco veces menos frecuente", destaca Lambea.

Posibles factores de riesgo

Su incidencia es mayor en hombres que en mujeres, aunque la tasa de mortalidad por cáncer de páncreas es elevada en ambos casos. "La tasa de mortalidad de este tumor, ajustada a la población europea, está en torno a 11 fallecimientos por cada 100.000 habitantes en el caso de los hombres; y en torno  a 8 por cada 100.000, en mujeres", afirma Lambea. Solo entre un 5 y un 6% de los afectados pueden curarse con un tratamiento de cirugía y radioterapia, lo que demuestra que la agresividad del tumor es manifiesta y, aunque no está claro por qué se produce, sí hay estudios epidemiológicos que demuestran que el tabaquismo, la obesidad o la pancreatitis crónica influyen en el desarrollo del tumor. "Son cosas que siempre salen en los libros, pero luego ves pacientes que lo desarrollan sin haber fumado o bebido en su vida”, comenta Lambea.


El diagnóstico precoz en este tipo de tumores sería "fundamental" para valorar una cirugía curativa con radioterapia, aunque los esfuerzos -dado el desconocimiento de sus causas- deben centrarse en la investigación. "Nuestro avance en oncología se centra en intentar controlar con fármacos la fase avanzada de la enfermedad. Tratamos de cronificarla", apunta Lambea. Para ello, existen nuevos fármacos quimioterápicos, como Nab-paclitaxel, y esquemas de varios tratamientos -como Folfirinox- que mejoran los resultados de los pacientes en fase avanzada metastásica.


"Hay otros fármacos en investigación que actúan sobre el ambiente que rodea a las células tumorales, logrando que este sea hostil para el tumor y que las células tumorales mueran", describe Lambea. Es lo que se conoce en oncología como transición epitelio-mesénquima: atacar por medio de fármacos ese microambiente celular que hace que un tumor se convierta en metastásico.


Pero a pesar de los avances, el pronóstico sigue siendo malo y a menudo estos enfermos necesitan medidas paliativas, suplementos nutricionales o intervenciones complicadas -como las extracciones de líquido del abdomen- que se hacen frecuentes en su difícil lucha contra el cáncer. 

Más apoyo para la investigación

Según indica este oncólogo aragonés, un 70% de los pacientes con cáncer de páncreas en Aragón acaban en cuidados paliativos cuando se encuentran en fases muy avanzadas de la enfermedad. "Tras el fracaso de una o dos líneas de tratamientos no tenemos más opciones que derivar al paciente a estas unidades con un soporte de medicación importante para el dolor y la pérdida de peso", cuenta este especialista del Clínico. En estas unidades, añade, se consigue mejorar la calidad de vida del paciente, que tengan menos dolor y estén mejor atendidos. "La unidad de atención en estos casos es siempre paciente-familia. El paciente solo es un concepto insuficiente en estos casos porque el daño es muy grande", afirma este especialista.


Por ello, oncólogos, familiares y enfermos piden más esfuerzos en la lucha contra este tumor maligno con la esperanza de que, algún día, como ocurre ya con otros tipos de cáncer, las cifras de supervivencia aumenten.


"Hay multitud de estudios en pruebas con cultivos celulares para buscar una respuesta adecuada a este tipo de tumor, pero para investigar hacen falta medios económicos, además de humanos. El apoyo a la investigación es importantísimo y es fundamental que consigamos más ayuda dedicada en exclusividad a un tumor que está muy necesitado", concluye Lambea. 


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