Los antivacunas apelan a las familias a seguir ejerciendo su "derecho a decidir"

El colectivo ha recordado los efectos adversos de la vacuna por contener otros tóxicos como el tétanos.

Canadá anunció en septiembre el inicio de las pruebas clínicas en Estados Unidos de una vacuna canadiense.
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Afp

La Liga por la Libertad de Vacunación ha apelado a las familias a "continuar ejerciendo su derecho a decidir, informada y libremente" y ha advertido de los "componentes tóxicos" de la vacuna de la difteria, tras cuestionar que haya contribuido a erradicar la enfermedad en España.


En un comunicado, la Liga por la Libertad de Vacunación expresa su deseo de que se recupere el niño de 6 años que permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona con difteria, enfermedad de la que no estaba vacunado por decisión de sus padres.


Tras trasladar sus "ánimos" a la familia del menor, la Liga ha pedido a las autoridades sanitarias que "hagan un análisis contextualizado y correcto de la situación", ante la "actual carencia de datos certeros sobre el origen de este único caso de manifestación de la enfermedad".


En esa línea, la asociación advierte de que la aparición de una persona afectada de difteria "no significa que estemos en epidemia" y anima a las familias a "continuar ejerciendo su derecho a decidir informada y libremente sobre la vacunación, reafirmando toda decisión tomada responsablemente".


Según la Liga, en la vacuna de la difteria que se administra actualmente "están presentes otras vacunas y componentes tóxicos de alta capacidad lesiva para el organismo", como tétanos, tosferina, haemophilus, polio, aluminio, fenoxietanol, trazas de thiomersal o mercurio y polisorbato.


Además, alertan que entre los efectos adversos de la vacuna figuran la muerte -una por cada dos millones de dosis-, reacciones de hipersensibilidad inmunitaria, lesiones neurológicas, encefalopatía postvacunal, nefropatías o lesiones renales (una por cada 1.000/10.000 dosis administradas).


Los antivacunas sostienen que la difteria "no es una enfermedad infecciosa inicialmente severa" y que solo cuando se complica "puede evolucionar gravemente".


Asimismo, mantienen que la epidemia de difteria que vivió España en el siglo XX "fue remitiendo independientemente de la vacuna", como a su juicio lo demuestran las estadísticas, y atribuyen su cese a las "condiciones de vida a lo largo del siglo XX y el XXI".


En opinión de la Liga por la Libertad de Vacunación, la epidemia de difteria en España "ya había remitido sin vacuna en un 90%" entre la población en el año 1950 y no fue hasta quince años después, entre 1965 y 1980, "cuando se llega a una cobertura vacunal superior al 80%".