La cirugía vaginal: ¿salud, moda o vanidad?

La demanda de este tipo de intervenciones se ha duplicado en España en los últimos cinco años.

La depilación genital y la moda ejercen una presión social sobre la mujer, principal consumidora de operaciones estéticas.
La cirugía vaginal: ¿salud, moda o vanidad?
AFP

La cirugía plástica está de moda y las mujeres se han convertido en las principales consumidoras de este tipo de operaciones estéticas. A los tratamientos anticelulíticos, operaciones de pecho y el 'Botox' en pómulos y labios se suma ahora un tercero en discordia que consigue cada vez más adeptas: la cirugía vaginal.


Según datos de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento, la demanda de este tipo de cirugía se ha duplicado en nuestro país en los últimos cinco años, sobrepasando las dos mil intervenciones en este último. El perfil de las pacientes es el de mujeres jóvenes, de entre 25 y 35 años, de las cuales un 80% demandan una ninfoplastia (remodelación de los labios menores). ¿El motivo? Aumentar la satisfacción sexual y mejorar su relación de pareja. O, al menos, así lo estima el doctor Miguel Barroeta, ginecólogo y especialista en este tipo de cirugía estética: "la mujer que pasa por quirófano para perfeccionar sus partes más íntimas gana confianza sobre su cuerpo, se siente más joven, mejora sus relaciones y consigue una mayor satisfacción sexual", defiende este especialista.


Si hace apenas siete años este tipo de cirugías eran prácticamente "algo desconocido" que quedaba relegado a la clandestinidad o la buena praxis de media docena de médicos en toda España, ahora cada vez más doctores apuestan por esta especialidad. No obstante, los ginecólogos aseguran que el "intrusismo" y los riesgos que esto conlleva todavía persisten. "El problema de este tipo de operaciones es que las hacen personas que no están cualificadas y la gente enseguida se sube al tren de moda sin entrar a valorar los riesgos que conlleva", denuncia este ginecólogo, partidario de tener siempre un "primer contacto" con un profesional que conozca en profundidad la anatomía de esa zona, así como las partes de mayor sensibilidad que se han de respetar a la hora de hacer los bloqueos nerviosos pertinentes. "Yo he operado desde mujeres de 60 años que han tenido un complejo toda su vida hasta chicas jóvenes con el consentimiento de los padres cuando todavía no tienen la mayoría de edad", confiesa.


El precio medio oscila entre los 1.500 y los 2.000 euros, por lo que se trata de una cirugía que "requiere que la persona tenga una serie de prioridades cubiertas". O, en otras palabras, que vaya "holgada" económicamente.

¿Existe un motivo físico o pesa más la vanidad?

Más allá de alcanzar una mejora física que ponga por delante la salud, este tipo de pacientes persiguen un fin estético que en la mayoría de los casos cubre una carencia psicológica y emocional. "En un 80% de los casos, se trata de un problema psicológico y encontramos pacientes que se quejan de la vergüenza y el problema que les causa el tener relaciones; en el otro 20%, es algo físico", precisa el doctor Barroeta. Mujeres que no pueden orinar de manera correcta, que tienen humedecida siempre la zona genital con un mayor riesgo de contraer infecciones por hongos, aquellas que sufren molestias en sus relaciones sexuales o que no pueden usar ropa ajustada ni montar, por ejemplo, en bicicleta. "Situaciones con las que la persona se harta y quiere acabar de esta forma", subraya este ginecólogo.


La intervención más común es la labioplastia, que consiste en la remodelación de los labios menores. Para el doctor Barroeta se trata de un proceso de "normalización", al tratar una hipertrofia del labio: "no es que embellezcas nada, simplemente se trata de cambiar la excesiva holgura de esos labios y hacer unos mucho más normales que no provoquen molestias, pues tener relaciones en esas circunstancias no suele ser satisfactorio ni para la mujer ni para su pareja". La causa tiene una base genética, si bien también hay una parte adquirida a lo largo de la vida: tras sucesivos partos o esfuerzos físicos que puedan acarrear complicaciones.


Según explica un profesional médico de la Clínica Argenta de Zaragoza, el aumento en labioplastias se atribuye a la mayor exposición que tienen los cuerpos hoy en día y la consecuente preocupación estética que surge al respecto. "Hoy las personas se muestran más y entre el auge de la depilación integral y las miniprendas de baño que se llevan hoy en día, la mujer sobre todo está mucho más expuesta", reconoce este especialista.


A las labioplastias le siguen en número las operaciones de reconstrucción de himen. Detrás de estas, por el contrario, subyace una cuestión étnica. "Últimamente estamos viendo cada vez más casos de jóvenes gitanas y musulmanas que tienen que demostrar su virginidad en el matrimonio", confiesan desde esta clínica zaragozana.

Un tema tabú

No obstante, y pese al auge experimentado en los últimos años, la cirugía íntima sigue siendo un tema "tabú" para la mayoría de pacientes, lo que en muchos casos lleva a buscar soluciones fuera. "Zaragoza no deja de ser un pueblo grande, mientras que Madrid, Barcelona y las ciudades costeras lideran este tipo de operaciones", añade este especialista de la capital aragonesa.


Lo que sí es común en todos los casos es la presión social existente y el consecuente cambio de hábitos registrado a lo largo de la última década. "Si hubo una época en la que las pacientes venían por problemas justificables, ahora con la depilación integral y la moda resurge una cirugía destinada más que a la salud al alma", concluyen los doctores para justificar la excesiva vanidad reinante.


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