El colegio público de Nuez de Ebro, perteneciente al C. R. A. La Sabina, comenzará el curso con una de sus aulas cerrada debido a la presencia de amianto. Este material se descubrió a raiz del inicio de unas obras de acondicionamiento del centro que iban a realizarse durante el verano y que ahora permanecen paralizadas a la espera de que se retire el amianto.

Los alumnos que debían ocupar esa aula -siete niños de segundo ciclo de Infantil- serán reubicados en otras clases junto a escolares de otros cursos. La alcaldesa de la localidad, María Dorita Miguel, asegura que "no hay motivo de alarma porque es un aula concreta". Aunque no hay fecha exacta para el comienzo de la retirada del amianto, la edil ha confirmado que ya disponen del presupuesto necesario para acometer este proceso y afirman que están "esperando la confirmación de la Diputación Provincial de Zaragoza", cuyas gestiones "ya han comenzado".

Las obras de remodelación en las que se descubrió este problema se llevaron a cabo por parte del Ayuntamiento de Nuez de Ebro mediante una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza, organismo que también va a hacerse cargo de los costes de eliminación del amianto de suelos y paredes del aula, según ha informado el Ayuntamiento de la localidad.

La dirección del colegio de Nuez de Ebro prevé explicar la situación a las familias de los alumnos durante una reunión que tendrá lugar a lo largo de esta tarde. El director del centro, Eliseo Arce, espera que "en dos o tres meses esté solucionado el problema". Arce pretende transmitir tranquilidad a los padres y madres de los niños porque el edificio afectado está "separado del resto" y "no habrá ningún problema" con la reubicación de los alumnos afectados.

Desde la consejería de Educación de la DGA informan de que están al tanto de estos hechos y esperan una "evaluación de los daños" para "estudiar una alternativa si es necesario".

El amianto es un grupo de minerales que fueron muy utilizados en la elaboración de materiales de construcción por sus propiedades aislantes y de resistencia al calor y al fuego, unidas a su bajo coste. Debido a los riesgos que entraña para la salud, su uso y su venta fueron prohibidos en España en diciembre de 2001; extendiéndose dicha prohibición a toda la Unión Europea en 2005.

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