Caminar en verano, sobre todo si se trata de hacerlo durante varias horas como actividad senderista, puede convertirse en un particular calvario si no escogemos el calzado adecuado y evitamos las tan molestas rozaduras o ampollas.

Así lo recuerda el Colegio de Podólogos de Galicia, que realizó este año una serie de consejos con la llegada del buen tiempo.

Estos profesionales explican  que el calzado es uno de los elementos principales de cualquier equipación cuando se trata de practicar senderismo, ya que "protege correctamente" los pies, que se verán sometidos a terrenos abruptos, donde, además, es necesario extremar las precauciones. Los expertos recomiendan calzado de ‘estilo bota’, que protege los tobillos, y aconsejan estrenarlo antes, para evitar las tan temidas rozaduras. "Se pueden usar en la ciudad o durante alguna salida corta para que los pies se vayan amoldando" y no se produzcan ampollas o molestias.

Además, para no sufrir heridas, los podólogos afirman que es muy recomendable utilizar calcetines ajustados al pie y que hayan sido fabricados con materiales que eviten la sudoración excesiva de los pies (como fibras sintéticas) y, en la medida de lo posible, que no tengan costuras. 

En el caso de producirse alguna herida en el pie, es imprescindible tratarla con antisépticos y colocar tiritas o gasas adecuadas; si se trata de las incómodas ampollas y el dolor es intenso, lo preferible es vendarla y tratar de continuar la marcha sin reventarla, ya que de lo contrario existe riesgo de infección. En el caso de que esta se rompa, conviene lavar la zona de forma adecuada, aplicar antisépticos como la povidona y el yodo y en ningún caso retirar la piel.

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