Más de 50.000 aragoneses mayores de 65 años sufren insuficiencia cardíaca

La SEMI pone en marcha la creación de unidades específicas para la atención de estos pacientes, un programa al que se han adscrito 17 centros de toda España.

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El número de pacientes mayores de 65 años con insuficiencia cardiaca en Aragón es de alrededor de 50.000, según ha informado este miércoles la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que alerta de que, en estos pacientes, la "comorbilidad" (coexistencia de varios trastornos) es enorme, siendo la enfermedad renal una de las más prevalentes.


El envejecimiento de la población explica la prevalencia de la insuficiencia cardíaca, según indican los expertos. Así pues, se estima que el 8% de la población mayor de 65 años la padece. Por tanto, es muy frecuente en sociedades con elevadas tasas de envejecimiento, como España y, especialmente, en Aragón.


En concreto, en España el número de pacientes mayores de 65 años con insuficiencia cardíaca supera los 650.000, de los cuales unos 50.000 pertenecen a la Comunidad.


Precisamente, la asociación entre insuficiencia cardiaca e insuficiencia renal, el denominado síndrome cardiorrenal, será uno de los temas que se van a tratar dentro de la XVI Reunión de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular que celebrará en el Palacio de Congresos de Zaragoza, los días 20 y 21 de marzo.


Según explica el coordinador del Grupo de Trabajo de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular de la SEMI, el doctor Luis Manzano, "el síndrome cardiorrenal es uno de los factores prónosticos más influyentes en el tratamiento y la evolución de los pacientes con insuficiencia cardiaca".


Esta asociación entre las dos enfermedades es consecuencia de la estrecha relación que existe entre el riñón y el corazón como estructuras diana de los factores de riesgo cardiovascular. Es decir, los mismos factores de riesgo vascular, como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes mellitus o el tabaquismo, contribuyen a la lesión de ambos órganos.


Por tanto, "es muy importante establecer una estrategia de abordaje simultáneo de la función renal, cuando se trate un paciente con insuficiencia cardíaca, y viceversa, y monitorizar mucho más estrechamente el efecto del tratamiento, ya que un paciente con insuficiencia renal tiene más riesgo de sufrir complicaciones con los fármacos que han demostrado beneficio en la insuficiencia cardiaca", subraya.


Precisamente, una de sus principales líneas de investigación es la prevalencia y la implicación pronóstica de la enfermedad renal asociada a la insuficiencia cardiaca, que además constituye una de las líneas prioritarias de algunos investigadores del grupo, en la que son expertos reconocidos, como los miembros del Grupo de Insuficiencia Cardíaca del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza.


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