"Es imposible saber cuántos afectados hay en Aragón por el síndrome postpolio"

Un registro y más especialistas médicos son las principales reclamaciones de los que padecen esta enfermedad.

"Entre un 20 y un 80% de los que tuvimos la polio podemos desarrollar el síndrome postpolio". Estos datos tan imprecisos son los que maneja la asociación nacional de Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio y es imposible tener otros. En España no existe un registro de las personas que sufren este síndrome y menos aún en Aragón.


En la comunidad autónoma, es la fundación DFA (Disminuidos Físicos de Aragón) la que se ha propuesto aglutinar a los afectados por la postpolio para poder conocer mejor sus problemas e intentar solventarlos. "Si les ayudan o no, si necesitan una silla de ruedas y de qué tipo, si pueden acceder a una rehabilitación adecuada o no...", expone Leonardo Catalán, uno de los patronos de esta fundación y afectado por el síndrome postpolio.


El síndrome postpolio

A Leonardo el virus de la polio le atacó a la parte inferior del cuerpo cuando tenía 9 años. Le dejó una pierna más débil y delgada que la otra, una desviación de columna de 180 grados, dos vertebras paralíticas y varias operaciones, pero a base de gimnasia y esfuerzo, pudo afrontar la vida sin bastones y trabajar durante 39 años. De repente, a la edad de 54 años, empezó a notar que perdía el equilibrio y que su cuerpo no le mantenía como antes. Las pruebas demostraron que los nervios de sus músculos se habían deteriorado mucho en un periodo de tiempo muy breve, era el síndrome postpolio. "Me dieron la jubilación directamente porque comprobaron que mi cuerpo estaba muy mal. Afectó incluso a mi salud mental porque ocurrió muy de golpe", recuerda Leonardo. Hoy, sigue adelante gracias a los especialistas del hospital Miguel Servet de Zaragoza, las sesiones de rehabilitación de espalda que ofrece la fundación DFA por 40 euros al mes y la gimnasia de piernas.

Saber cuántos para ayudarles

Dentro de DFA hay otros afectados por el síndrome postpolio, pero la fundación aspira a ir más allá y reunirlos a todos: "Entre ellos hay muchos que no pueden trabajar y cobran la pensión no contributiva de 400 euros", aclara Leonardo para concienciar de que, sin un apoyo detrás, muchos no podrán acceder a una silla de ruedas eléctrica si les fallan los brazos, o a una rehabilitación constante y adecuada.


Sobre las cabezas de quienes no cobran estas pensiones no retributivas, oscila además la sombra del copago hospitalario, cuya implantación se ha retrasado pero se prevé inminente. Hasta ahora Leonardo reconoce que tiene que tomar 11 pastillas diarias que puede adquirir de forma gratuita en el hospital Miguel Servet: "Nunca ha habido gente tan injustamente tratada como los que sufrimos la polio. Toda una vida con una incapacidad por la injusticia que se cometió y ahora llegan y nos quieren hacer pagar las pastillas", protesta el patrono de DFA.


Por último, Leonardo pide desde la fundación un hospital de referencia en Zaragoza para los afectados por el síndrome postpolio, pero reconoce que antes de exigirlo sería necesario saber cuántas personas hay en este caso. Aunque desde DFA critican la falta de preparación para tratar esta enfermedad de "algunas personas" de los centros de especialidad de Zaragoza, alaban a los neurólogos y neumólogos del hospital Miguel Servet.


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