"He puesto mi vida en manos de mi mascota"

?Mari Carmen Bernal es diabética y su perra, Mencar, es capaz de detectar cuándo va a sufrir una subida o bajada de azúcar.

Mari Carmen junto a su mascota, Mencar, capaz de detectar cambios en su azúcar.
Mari Carmen junto a su mascota, Mencar, capaz de detectar cambios en su azúcar.
Mari Carmen Bernal

El perro es el mejor amigo del hombre, y a veces incluso puede ser un salvador. Mencar, un cruce de caniche y bichón maltés, ha alertado en más de una ocasión a su dueña Mari Carmen Bernal, que padece diabetes, de sus alteraciones de glucosa: "He puesto mi vida en sus manos".


Desde 2003, Mencar forma parte de la vida de esta zaragozana de 41 años que sufre diabetes de tipo 1 y que le fue diagnosticada en 2014: "Seis meses después de que me detectaran la diabetes, Mencar empezó a ponerse muy nerviosa, no paraba de darme golpes y se comportaba de forma diferente. Cuando comprobé el azúcar lo tenía por los suelos", asegura.


La diabetes de Mari Carmen es muy inestable, sufre variaciones muy fuertes y en ocasiones se ha llevado algún que otro susto. "La perra siempre duerme con mi madre pero la noche que decide dormir conmigo es que nota que voy a sufrir una bajada o subida. Un día me despertó a las 5 de la mañana, cuando lo comprobé tenía la glucosa por las nubes", asegura Mari Carmen.


Los cambios de comportamiento de Mencar, de casi 13 años, siempre son muy similares. "No para de dar saltos, de darme besos o de intentar subirse a mi cabeza. Esto siempre coincide cuando sufro alteraciones de azúcar".


Al comprobar que el animal variaba su comportamiento coincidiendo con estas alteraciones, Mari Carmen comenzó a investigar y comprobó que los perros tienen la capacidad de detectar problemas de salud en los humanos. Sin embargo, el can no ha sido adiestrado por nadie, ha sabido desarrollar un instinto para detectar los síntomas.


"Yo he aprendido de ella, de su comportamiento. Según lo que hace sé si voy a sufrir una hipoglucemia o una hiperglucemia -subida o bajada de azúcar-", explica la zaragozana. A pesar de no ser una mascota adiestrada, Mari Carmen asegura que ha puesto su vida en manos de su mascota.


Desde el Hospital Miguel Servet explican que los perros son capaces de captar determinados olores que emiten los humanos según el funcionamiento del organismo. Actualmente, existe una línea de investigación abierta puesto que esta percepción de los animales puede ser fundamental para facilitar la vida de los diabéticos.


Sylvia García Belenguer, directora del Hospital Veterinario de Zaragoza asegura que "los perros tienen un instinto natural que les permite detectar la alteración de la glucosa". Por ello, hoy en día se llevan a cabo programas de adiestramiento que ayudarán a los animales a reconocer estos cambios.Perros de asistencia

Desde Canem, una empresa zaragozana dedicada a la preparación de perros de asistencia, aseguran que es necesario que los canes estén adiestrados para no poner en peligro la vida de los pacientes.


"Es imprescindible que detecten con tiempo los cambios de glucosa, no mientras la persona ya está sufriendo una crisis, ya que esto puede ser perjudicial para la salud", asegura Paco Martín, director de Canem.


Este adiestramiento, siempre en hembras de Jack Russell Terrier por su capacidad de aprendizaje, se divide en dos fases.


Por un lado, los cachorros de no más de dos meses y medio son seleccionados y adiestrados para detectar los olores del usuario. Por otro lado, en un dormitorio simulado, se enseña a los animales a trabajar con las situaciones que en un futuro deberán resolver en casa de su futuro dueño.


A los siete meses el perro es entregado a la familia garantizando al 100% que evitará que el paciente sufra una crisis. "Una vez entregado el perro, realizamos un seguimiento por videoconferencia durante la vida del animal", explica Paco Martín.


Al finalizar el adiestramiento, los canes reciben un certificado como perro de asistencia, que permitirá que puedan acompañar siempre a sus dueños.


A pesar de este certificado, en Zaragoza existe un vacío legal puesto que no hay un registro ni control que garantice poder acudir a cualquier parte junto al animal. Por ello, desde Change.org han puesto en marcha una recogida de firmas para crear en la ciudad un control de estas mascotas que en ocasiones pueden llegar a salvar vidas.

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