Polémica por los disturbios en la inauguración de la Expo Milán

Se investigan los posibles delitos cometidos y se critican las medidas de seguridad adoptadas.

Polémica por los disturbios en la inauguración de la Expo Milán
Polémica por los disturbios en la inauguración de la Expo Milán

El Ayuntamiento de Milán (Italia) se afana en reparar los daños provocados por los disturbios registrados en la apertura de la Expo al tiempo que se investigan los posibles delitos cometidos y se critican las medidas de seguridad adoptadas.


Las televisiones italianas muestran este sábado a los trabajadores reparando los graves estragos que sufrieron algunas calles del centro milanés, escenario ayer de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas del orden y grupos antisistema contrarios a la Exposición Universal, inaugurada este viernes.


Integrados en una manifestación pacífica, seguidores del movimiento anticapitalista 'Bloque Negro' se enfrentaron a los policías y destrozaron todo tipo de mobiliario urbano e incendiaron sucursales bancarias y numerosos vehículos.


El presidente de la región de Lombardía, Roberto Maroni, anunció al término de un comité sobre orden público que destinará un millón y medio de euros a resarcir a los ciudadanos que ayer se vieron perjudicados de alguna manera por estos actos de violencia.


Tras más de hora y media de batalla campal, 11 agentes resultaron heridos leves y una decena de manifestantes detenidos, de los cuales finalmente fueron arrestados cinco, dos mujeres y tres hombres.

La Fiscalía milanesa investiga si estas personas incurrieron en el delito de "devastación", informaron hoy los medios locales.


Este cargo, presente en el artículo 419 del Código Penal italiano, castiga la destrucción indiscriminada de bienes públicos y prevé una pena de reclusión de entre ocho y quince años.


Fue, para el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, "una jornada muy bella arruinada por idiotas" contra quienes el consistorio -aseguró- emprenderá medidas legales.


La cita estaba considerada como imprescindible para el país, hasta el punto de que durante su inauguración oficial, el primer ministro, Matteo Renzi, llegó a afirmar que con la Expo daba inicio "el futuro de Italia".

Las autoridades conocían la presencia de grupos violentos procedentes de varios países y por ello se decidió blindar la ciudad con miles de agentes policiales y antidisturbios.