Sálvame
Según Wikipedia, el programa de televisión ‘Sálvame’ ocupó gran parte de la tarde, de lunes a viernes, durante catorce años (de 2009 a 2023) con un total de 3.639 programas emitidos.
El programa ‘Saber y Ganar’ lleva 27 años en antena de lunes a viernes, sábados y domingos incluidos desde 2011, con una emisión total desde su inicio (1997) de 7.637 programas.
Si buscas en Google el número de noticias sobre cada uno de ellos, el resultado da también como ganador al segundo con 127 millones de noticias frente a los 7,4 millones de ‘Sálvame’. Mirando solo estos números cabría pensar que ‘Saber y Ganar’, que es el programa más veterano de la historia de la televisión, podría ser también el de mayor influencia en la población, pero parece que no es así. Más bien ha sido ‘Sálvame’ el que, a pesar de ser el espacio que más quejas acumuló por saltarse repetidamente el código de autorregulación de Contenidos Televisivos e Infancia, impuso un estilo de comunicación que, si bien, no ha impregnado a toda la sociedad, sí que ha alcanzado a día de hoy a la vida política.
Ese estilo bronco y provocador en el que todo vale, medias verdades o grandes mentiras, con el único fin de conseguir el titular más llamativo, incluyendo descalificaciones personales y palabras mal sonantes, no es lo que espera la mayoría cuando deposita su voto en las urnas. Sin duda es más fácil dedicar el tiempo a la banalidad del insulto que a gestionar soluciones para resolver los problemas. Lo que quiere la ciudadanía, lo que queremos, es que retirado ‘Sálvame’, termine ya el espectáculo de cualquier mala réplica.
Isabel Nerín es directora de la Cátedra SEMG-Estilos de Vida (UNIZAR)
