La amarga comedia de la política española

Asistentes a la manifestación en apoyo al presidente del Gobierno bajo el lema 'Todos a Ferraz. Pedro no está solo' este jueves en la calle Ferraz, en Madrid.
La amarga comedia de la política española
Fernando Villar

Un gobierno organizando manifestaciones de apoyo al gobierno! Es decir, de apoyo a sí mismo. Si esto lo viésemos en China, o en la Rumanía de Ceaucescu, o en la Nicaragua de Daniel Ortega, o cuando lo veíamos, sin ir más lejos, en la España de Franco, pues parecería lo normal, lo propio de tiranos y tiranuelos. 

Pero en un país de la Unión Europea, una democracia moderna y consolidada, resulta como poco anómalo. No quiero dar a entender, de ninguna manera, que España se esté deslizando hacia la dictadura. No es eso, no. Pero sí me parece que en el Partido Socialista, del secretario general abajo, y en el Gobierno, del presidente en derredor, han perdido el sentido del ridículo, que en política muchas veces es peor que perder el norte. La vicepresidenta Montero exclamando ‘¡ánimo, presidente!’, Zapatero e Illa llamando a militantes y simpatizantes a movilizarse en apoyo del jefe, el partido alquilando autobuses para concentrar a los fieles... No me digan que todo esto no parece sacado de un guion de Rafael Azcona para una película de Luis García Berlanga. ‘¡Todos a Ferraz!’ podría titularse. O ‘Fachas y progres’, o ‘Bienvenido, míster Sánchez’. O una saga completa de ‘La escopeta nacional siglo XXI’, que en estos tiempos se convertiría, seguro, en una serie de Netflix. ¡Y cómo nos íbamos a reír! Para troncharse. Lo que pasa es que lo que está en juego es muy serio. Aunque, en fin, a este columnista, que ya tiene años, la política española le recuerda muchas veces a las comedias amargas de Berlanga. Pero puede que en este caso sea más acertada la comparación con esos ‘realities’ de la tele en los que los concursantes desnudan sin pudor sus sentimientos, los reales o los que exige el guion, porque es así como se gana audiencia y se consigue la simpatía del público para que no te nominen y te expulsen. Se trata de seguir como sea, a costa incluso del esperpento. Y puede que a Sánchez le salga bien. De momento los suyos ya van cerrando filas.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Víctor Orcástegui en HERALDO)

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